Por Víctor Barrera
A largo de la historia del fortalecimiento de nuestra democracia, las reformas electorales en México han sido por exigencia de los partidos de oposición con el objetivo de evitar que el partido en el poder pudiera seguir manteniendo su hegemonía.
Por ello es algo extraño que, en esta ocasión, quien sustenta el poder Ejecutivo y su partido son quienes quieren aprobar una reforma electoral, que va más encaminada a intentar desparecer la democracia, que desde 1997 se abrió con un órgano conformado con ciudadanos y que ha permitido, por lo menos, en tres ocasiones que diferentes partidos políticos asuman el Poder Ejecutivo en el país.
Si esto no es democrático, basado en que la ciudadanía vota y se respeta su voto, además que es el órgano electoral quien organiza, vigila y califica los comicios, entonces no sabemos realmente que es la democracia.
Por ello es extraño la urgencia que tiene para el régimen actual para modificar algo que ha servido y le permitió llegar al poder.
Para aclarar esto, debemos entender que este órgano electoral, el INE, es aún incómodo para los objetivos del régimen actual, porque ellos quieren regresar a una autoridad electoral a modo, que les permita perpetuar a este régimen por muchos años, porque ahora será parte fundamental del Poder Ejecutivo y significara que será nuevamente juez y parte.
El grupo en el poder, sabe que el INE ha sido un buen sinodal para los comicios y que el tan mencionado “fraude” del 2006 no existió, por que de haber sido así, el PAN pudo continuar en el 2012 y el 2018, pero como no ha ocurrido esto, entonces no hubo fraude.
Esto coloca a López Obrador y a Morena en la desesperación de modificar las leyes electorales, porque saben que, ante sus malas decisiones y ocurrencias, la gente ya entendió que se equivocó en el 2018 y posiblemente no votaran por los candidatos de morena y sus aliados.
Tener a un INE subyugado al poder es lo más importante. No lo que esgrimen para justificar la reforma como el costo del INE que para ellos es excesivo, con 15 mil millones de pesos, pero no así lo que hasta ahora han costado cada una de las mega obras que no se concluirán en este sexenio. Que entre todas pueden sumar más de 100 mil millones de pesos
A Morena y López Obrador solo les queda arrebatar a los ciudadanos el INE y con ello poder continuar en el poder, pero existen leyes que lo pueden impedir como son que no alcanzan los votos suficientes para aprobar sus propuestas.
Buscaran modificaciones en las reglas secundarias para minar al INE y le cortaran su presupuesto para hacer que esto contribuya a las fallas y demuestren la necesidad de otro órgano electoral.
Ante esto, los ciudadanos debemos defender al INE y evitar que volvamos a caer en una dictadura disfrazada de democracia.
De lo contario no solo seremos testigos de que este sexenio ha sido un fracaso en términos económicos y de seguridad, sino también democráticos.
Si en verdad son necesarias modificaciones al INE, que estas se realicen al inicio del próximo sexenio, a partir del 2025, sin presiones políticas, pero con la oportunidad de tener por lo menos 4 años para discutir, analizar y establecer leyes, normas y reglamentos que fortalezcan a la democracia y no la minen.