Por Víctor Barrera
Recuerdan, estimados lectores, aquella propaganda del PAN donde se señalaba que AMLO, “es un peligro para México”, pues esta frase esta más vigente que nunca, porque las decisiones-ocurrencias, que ha tomado a lo largo de estos cuatro años de gobierno, han puesto al país al borde de una crisis económica y social que podría desencadenar en actos terribles.
Peligro, porque como él lo ha señalado está enfermo y ya está «chocheando». Su salud es frágil y quizás por ello existen tantos desvaríos cada mañana en sus conferencias. Es un peligro porque los relevos en la Secretaría de Economía, consecuencia de que Tatiana Clouthier, no soporto que otras y otros funcionarios no la dejaran actuar para intentar evitar un gran problema con Estados Unidos y Canadá, derivado de la decisión de establecer una política eléctrica que impide una libre competencia en México y por ello ha sido demandado por Estados Unidos y Canadá.
Entonces ante la falta de conocimiento en la materia de la nueva gente en Economía, podría causar una afectación en las finanzas nacionales por varios millones de pesos.
A esto debemos sumar que la fuerza política y económica que está adquiriendo el ejército mexicano, puede causar un desajuste en la forma de pensar de los altos mandos y llevarnos a un régimen que no tiene nada que ver con la democracia y las libertades fundamentales, que aun seguimos disfrutando y que presenta un peligro para el país.
Ahora se pretende hacer una reforma electoral, basado únicamente en el costó del Instituto Nacional electoral y no en los resultados que ha dado en los últimos años y que ha permitido el cambio de régimen por lo menos en tres ocasiones.
Un peligro porque se pretende establecer al INE como un órgano más del gobierno federal, bajo la excusa de que será integrado por consejero electos por la ciudadanía. Algo que hace pensar que morena y sus aliados utilizaran todos los vicios que han echado mano en los comicios estatales para mantener una mayoría subyugada a las decisiones del poder Ejecutivo.
El poder Legislativo se ha convertido en una oficialía de partes, porque no modifican en nada las iniciativas enviadas por el Ejecutivo, a pesar de entender muchas de ellas empiezan desde una mala concepción, donde se busca centralizar todo el poder económico y político en la figura del presidente.
Un peligro porque a pesar de manifestar que se trabajaría para erradicar la corrupción, esta es aún más grande y fuerte, ante la opacidad con la que se manejan la entrega de contratos y licitaciones en este régimen, creando un verdadero peligro para las finanzas nacionales, donde gran cantidad de recursos son utilizados en obras con opacidad y que hasta el momento están saliendo al doble de los estimado.
Un peligro, porque desde su pulpito, cada mañana el presidente puede atacar a cualquier persona, grupo, organización o institución, haciendo ver a este régimen como un autoritario que nos llevará a una dictadura; o quizás sin darnos cuenta ya estamos nuevamente en ella, donde el partido político en el gobierno pondrá a cualquier persona al frente del Ejecutivo que sea conveniente a sus intereses, aun cuando no tenga la capacidad de realizar esa labor. El objetivo es perdurarse por varias décadas, como en épocas de Porfirio Díaz y el PRI, que ahora resulta el mejor aliado de Morena y del presidente y si no es así con un poco e presión judicial se arregla esos inconvenientes.