Por Víctor Barrera
Primero los pobres, frase que llevo a AMLO a ocupar el puesto que ahora tiene, nuevamente quedo lejos del Paquete Económico 2023, porque está pensado más en terminar las costosas obras planeadas por la 4T que atender las verdaderas causas para sacar a millones de mexicanos de la pobreza.
Estimar un crecimiento económico de 3 por ciento, no significa precisamente que se reducirá el número de pobres en el país, y así lo demuestran los resultados en el incremento de la pobreza a pesar de que se lleva construido gran parte de las mega obras.
Sin embargo, estas construcciones solo se han cerrado al ejército y pocas empresas que sirven como proveedores lo que poco ayuda en la creación de fuentes de empleos.
Para revertir esto, se tiene que aplicar una estrategia de política pública capaz de incentivar a las inversiones privadas a participar de manera importante en México, pero la incertidumbre de que no se respetaran los contratos y acuerdos firmados por el gobierno federal, hace que los inversionistas o piensen dos veces el traer sus capitales a México.
Como he señalado anteriormente, esto hace que México pierda la gran oportunidad que tiene sobre su localización geográfica y el pertenecer a una zona económica fuerte como es el Norte de América.
Además, provoca que los motores de crecimiento empiecen a desdibujarse, la inversión y consumo a excepción de las exportaciones que se mantiene aún en niveles importantes.
Pero para hacer frente a los compromisos que tiene el gobierno federal como son el pago de deuda y pensiones, se hacen necesario que el crecimiento económico sea alto, para con ello poder obtener los recursos suficientes, a través de la recaudación de impuestos, que permitan enfrentarlos.
De lo contrario el pago de deuda será cada día más alto, como consecuencia de la poca recaudación y de los altos niveles en las tasas de interés.
En el paquete presupuestal viene un incremento real del costo de la deuda pública, de hasta 29.9%, que significa erogar casi 79 mil millones de pesos para cubrir el costo de la deuda.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha insistido en que no se acudida a más deuda y que esta tendrá solamente una relación del orden de 49.4 por ciento respecto al Producto Interno Bruto (PIB), algo que manda una señal importante a los mercados. El problema es que para sostener esto se hace necesario un menor gasto y por supuesto quienes sufren esto es la población más pobre del país.
Porque no se generan empleos de calidad con remuneraciones que permitan no solo la compra de los alimentos y vestido, sino de algunos bienes que reactiven el mercado interno, el consumo.
Para 2023, el gobierno de López Obrador calcula gastar 8.3 billones de pesos. De éstos, 6.6 billones de pesos van para pensiones y jubilaciones, para el costo financiero de la deuda, y transferencias a los estados por participaciones y aportaciones. Si lo vemos en porcentajes, el tema de pensiones representa el 20.4% del presupuesto federal una quinta parte.
Para las pensiones y jubilaciones vitalicias del gobierno federal, con las del Bienestar, se gastarán 1.7 billones de pesos.
Entonces observamos que el tema de pensiones es una carga financiera que, muy difícilmente se va a poder sostener en el tiempo con presupuestos anuales.
Será necesario tener crecimientos por encima del 6 por ciento para empezar a nivelar estos gastos y en el mediano plazo poder hablar de una economía totalmente sana.
La pobreza sigue incrementándose en el país, porque no se busca crear riqueza y tener una autosuficiencia alimentaría, sino solo terminar con las obras de la presente administración, que siguen sin demostrar la utilidad pública suficiente en beneficio de los millones de mexicanos.
Sobre los programas sociales, estos aun no demuestran que mejoran la calidad de vida de los mexicanos, por lo que insistimos, “Primeros los pobres”, es una frase que ha quedado en el baúl de los compromisos sin cumplir.