Por Víctor Barrera
El desarrollo democrático de un país empieza desde que quienes pretenden concursar por algún puesto de elección popular aceptan y acatan las leyes y normas establecidas, haciendo con ello que la competencia sea más pareja.
Pero esto es algo que no entiende Morena y sus “corcholatas” que buscan cualquier motivo para realizar actos de proselitismo político con el objetivo de mantener el poder con el poder y no por decisión popular.
Si tomamos en cuenta las encuestas, que son poco confiables últimamente porque estas ofrecen resultados al cliente y no a la población, los números indican que Morena mantiene un alto índice de popularidad, más por López Obrador, que por las “corcholatas” mismas.
Pero la realidad muestra que entre la ciudadanía empieza a despertar una baja calificación a las políticas del gobierno actual que podrían ser un elemento predominante a la hora de votar el próximo 2024.
Morena quiere aprovechar esa popularidad de su líder y llevarla hasta la fecha de los comicios federales, pero ante la forma en la cual actúan, la molestia de la ciudadanía se hace más presente, porque el partido guinda cae en los viejos vicios del pasado, aquellos que prometieron erradicar y que sin embargo se mantienen renovados.
Es probable que Morena vuelva a ganar los comicios, pero estará muy lejos del triunfo que obtuvo en 2018, porque el desgaste del poder político empieza a asomarse y podría ocurrir lo mismo que le sucedió al PAN, solo obtuvieron dos administraciones federales y nada más.
Este desgaste político, propiciado por las malas decisiones de la administración federal y la forma en la cual se manejan las “corcholatas” como simples títeres de su líder, empieza a convertirse en preocupación, lo que motiva a echar mano de esos viejos vicios políticos que los llevaran a un callejón sin salida en términos legales.
En pocos días el Tribunal Electoral tendrá que tomar una decisión respecto a si el activismo de las “corcholatas” debe considerarse como actos de precampaña, porque la ley es suficientemente clara para definir que sí lo son.
Pero para Morena y sus “corcholatas” no existe violación alguna de la ley y por lo tanto seguirán el camino manifestando que se les limitan sus derechos políticos.
entrará a una confrontación con tintes interminables en la cual aparecerán los amparos en tribunales que les permitirá alargar el tiempo para que se llegue a la fecha de los comicios federales y logren su objetivo, mantener el poder.
Mientras tanto en el poder legislativo, Morena inicia el Parlamento Abierto sobre la Reforma Electoral, en la Cámara de Diputados, donde posiblemente no habrá acuerdos, pero si permitirá hacer un puente que permita a Morena llegar al 2024 sin sanción alguna.
Morena se mantendrá no cumpliendo con las disposiciones del INE y las decisiones que eventualmente tome el tribunal, porque será su herramienta para protestar en contra de estas instituciones, y pedir el cambio total de las mismas.
Morena quiere transformarlas para que sean a imagen y semejanza de lo que quieren, pasando por alto el sentido de la democracia, Algo que sería lamentable.
México requiere caminar hacia adelante, donde el voto ciudadano sea respetado y acatado, que no se dirima en tribunales el triunfo político. Sin embargo, también estamos cayendo en el terreno donde las mayorías modifican leyes e instituciones para hacerlas a modo y perpetuar su poder.