El diputado federal, Ildefonso Guajardo, quien participó en las negociaciones del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC), explicó que, de llegar a un panel de solución de controversias en el tema energético, Estados Unidos lo gana, se impondrán aranceles a exportaciones de México por el monto equivalente al daño causado al sector energético de ese país, que se estima en más de 30 mil millones de dólares.
Quien fuera recetario de economía de la anterior administración expresó que “el grave problema de la imposición de aranceles es que los platos rotos de este incumplimiento los pueden pagar los exportadores mexicanos de jitomate, de autopartes, por ejemplo. Es decir, si Estados Unidos gana este panel, tendrá el derecho de imponer aranceles por el monto del daño causado al sector energético estimado por el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, en más de 30 mil millones de dólares”.
Guajardo detalló que el daño causado por la política energética de México desde 2018, no solo afecta los inversionistas extranjeros y nacionales en el sector energía, sino también a los capitales futuros en manufactura que cada día requieren de productos que se fabriquen con energías limpias.
Por tanto, “puede afectar a México, por ejemplo, en las exportaciones del sector automotriz. Por tanto, en esta disputa comercial Estado a Estado, no solo se defienden los intereses de quienes han invertido en el sector energético, sino también aquellos que lo han hecho en la industria automotriz, autopartes, equipamiento médico.
“Son todas aquellas industrias que necesitan de energías limpias para continuar con sus políticas corporativas y mantener su competitividad a nivel global, a partir de una energía que no sea fósil”, explicó.
En este contexto, Guajardo aseguró que el T-MEC incluye un total respeto a la soberanía nacional de México y de los otros dos países que lo conforman.
“Hay un párrafo que señala que los países no ceden su derecho soberano de cambiar su Constitución y sus leyes. Pero el problema es que se debe compensar los daños ocasionados derivados de los cambios en política energética”, como lo hizo la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Indicó que todo Estado es soberano para cambiar sus leyes y el T-MEC, ni ningún otro tratado comercial, lo impide, “pero si cambias las reglas del juego, se te compromete a pagar los platos rotos de lo que estás haciendo. Por eso existen los paneles de controversia.
“Entonces hay que analizar, si va a salir más caro el caldo que las albóndigas, ante las repercusiones contra otros sectores exportadores mexicanos que envían sus productos a Estados Unidos”.
Refirió que, si aquí en adelante se estarán incumpliendo los acuerdos internacionales, habrá un daño al sector manufacturero de exportación “que es el único que nos ha salvado en mantener un mínimo de actividad económica y con ello dañar una de las fuentes de crecimiento”.
“Ahora sí habría hasta energía de sobra” por la baja actividad económica, expuso sarcástico.
Señaló que lo que se debe de defender es el impulso a la economía nacional y no solo a dos empresas como es el caso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Petróleos Mexicanos (Pemex).