La jornada de búsqueda realizada el 6 de diciembre en el Mirador de Topilejo, en la zona del Ajusco de la alcaldía Tlalpan, concluyó con 20 hallazgos positivos de elementos óseos humanos, embalados y trasladados por las autoridades para los procesos de identificación, informaron los colectivos Hasta Encontrarles, Una Luz en el Camino y Mariposas Buscando Corazones y Justicia Nacional.

Las instituciones encargadas de la búsqueda de personas en la capital mexicana, en coordinación con colectivos de familias buscadoras, habían programado una Búsqueda Generalizada en el Mirador de Topilejo entre el 4 y 5 de diciembre; sin embargo, se extendió un día más luego de que las familias notificaron el 5 de diciembre el hallazgo de restos humanos en la zona.

A partir de ese hallazgo inicial, las autoridades y las familias regresaron el sábado 6 de diciembre con la determinación de localizar más restos en la jornada que concluyó con la localización de 20 positivos para elementos óseos humanos.

En un comunicado conjunto, los colectivos mencionados dieron a conocer el saldo y recordaron que los restos recuperados deberán ser sometidos a los procesos forenses necesarios para su entrega digna.

Durante un mensaje dirigido a las familias antes de iniciar la búsqueda del día 6, Luis Gómez, titular de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México, explicó que el trabajo se centraría en descartar la existencia de otros restos en zonas cercanas al punto donde se encontró el resto el día anterior.

“Vamos a descartar que pudieran haber otros elementos óseos, correspondientes al mismo individuo, u otras personas en la zona; como ustedes se pueden imaginar, la hipótesis es que las personas pudieron haber sido arrojadas desde un punto cercano a la carretera, así que vamos a buscar bajo esa pretensión las zonas aledañas”, declaró.

Y agregó: “Lo importante es que podamos descartar la zona limítrofe alrededor del punto en donde encontramos el cráneo el día de ayer; vamos a ir con mucho detalle, son elementos óseos, esperamos encontrar fragmentos, dientes, cualquier elemento que pudiera ser, por muy pequeño, parte del individuo que localizamos el día de ayer”.

Gómez también advirtió sobre los riesgos operativos en las búsquedas realizadas en el Ajusco, donde la topografía representa un factor de peligro para los equipos y para las familias participantes.

“El tema de seguridad es muy sensible; vamos a cuidar que la forma en la que nos vamos no podamos hacer una remoción que pueda generar la caída de material rocoso hacia abajo… vamos a tomar todas las medidas necesarias, contar con las líneas de vida”, señaló.

De acuerdo con la Comisión de Búsqueda, 75 personas recorrieron 3 mil 504 metros cuadrados durante la jornada ampliada del 6 de diciembre, en la cual se documentaron los 20 hallazgos positivos. La dependencia confirmó que, debido a estos resultados, se deberá regresar a la zona la próxima semana para continuar con la exploración.

Los colectivos participantes subrayaron en su comunicado que la localización de restos en el pueblo de San Miguel Topilejo –en las faldas del Ajusco– es resultado de las acciones sostenidas que realizan las familias y reiteraron que continuarán los trabajos “hasta encontrarles”.

En el Ajusco las desapariciones se mantienen a pesar de los recorridos de búsqueda y de las alertas emitidas por familias. La zona se caracteriza por calles solitarias y parajes abandonados, falta de vigilancia, alumbrado insuficiente y la presencia de viviendas señaladas por vecinos como posibles refugios de redes delictivas. En este entorno, las fallas institucionales persisten: protocolos que no se activan, alertas emitidas de manera tardía y ausencia de mecanismos efectivos de protección.

En septiembre, Proceso tuvo conocimiento de la desaparición de Luis Óscar Ayala García, de 48 años, quien salió de su domicilio el 16 de ese mes para hacer ejercicio y envió su último mensaje desde el Ajusco, donde activó una señal satelital.

Su vehículo fue localizado en la zona y su madre, Lucía Eugenia García de la Riva, comenzó las búsquedas junto con autoridades y voluntarios. En los recorridos, observó un entorno sin vigilancia, con deficiencias en alumbrado y con numerosas mantas de otras personas desaparecidas.

Estos hechos se suman a diversos antecedentes registrados en los últimos años. En enero pasado, en la zona del mirador Llano de Vidrio fueron encontrados los restos de Jael Montserrat Uribe Palmeros, reportada como desaparecida en Iztapalapa desde 2020.

Días después apareció el cuerpo de Rubén Díaz Valencia, conductor de taxi desaparecido cinco días antes. En julio se localizaron los restos de Arnold Cristofer Cervantes Guzmán, visto por última vez en junio en la colonia Morelos.

También permanece sin resolverse el caso de Guadalupe Pamela Gallardo, vista por última vez el 5 de noviembre de 2017 en el kilómetro 13.5 de la carretera Picacho-Ajusco, y el de Francisco Sandoval Lázaro, desaparecido el 26 de abril de 2018 en la colonia Paraje 38, cuya madre continúa participando en jornadas de búsqueda en la zona.

Sobre la vigilancia, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicación y Contacto Ciudadano (C5) informó a esta revista que existen 54 cámaras distribuidas en 27 puntos entre San Miguel Xicalco y el camino al Pico del Águila. Una de ellas no funciona y otra presenta fallas en la calidad de imagen.

El organismo señaló que la ubicación de cámaras se determina conforme a la ley, priorizando zonas con mayor incidencia delictiva, aunque reconoció que en áreas naturales como el Ajusco la cobertura se ve afectada por problemas de conectividad y condición climática, lo que limita el monitoreo en una zona frecuentemente señalada por desapariciones.

El C5 precisó que las grabaciones se entregan únicamente al Ministerio Público o autoridades judiciales dentro de una carpeta de investigación, y que se conservan entre 7 y 30 días antes de sobrescribir automáticamente, lo que hace indispensable la denuncia inmediata para resguardar evidencia.

Este conjunto de casos, hallazgos y denuncias ha convertido al Ajusco en un punto crítico en las búsquedas de personas en la Ciudad de México, donde colectivos, familiares y autoridades realizan operativos constantes ante la persistencia de condiciones que la comunidad considera de riesgo, al menos desde el inicio de la actual administración, encabezada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada.