Alejandra Cuevas Morán, quien pasó 528 días en prisión por una confrontación contra el exfiscal general, Alejandro Gertz Manero, por cargos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inexistentes, arremetió contra la presidenta Claudia Sheinbaum por «mentir» sobre su caso durante la conferencia matutina de este lunes.
Cuevas, hija de Laura Morán, demandó una disculpa pública del Estado mexicano y la destitución de funcionarios involucrados en lo que califica como «crimen de Estado», en medio de la controvertida salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República (FGR).
El detonante fue la respuesta a una pregunta sobre las irregularidades en el caso de Cuevas durante la gestión de Gertz Manero, quien renunció al cargo para asumir una embajada, un movimiento que la mandataria elogió como el cierre de «un ciclo» y el inicio de «una nueva etapa de coordinación».
Sin embargo, al ser confrontada con el encarcelamiento de Cuevas –atribuido a una venganza personal de Gertz por disputas hereditarias con su familia–, la presidenta minimizó el episodio como «es tu opinión» y «hay otras interpretaciones».
«No con Gertz, por fabricar delitos. No con Godoy, por perseguirme. No con los jueces, por encarcelarme sin pruebas. Se enojó con la periodista que preguntó. Eso lo dice todo», escribió Cuevas en una publicación en X, acompañada de un video de 135 segundos donde detalla su testimonio. En el material, Cuevas expone que la SCJN determinó en 2022 que su prisión fue ilegal, al inventar la figura de «garante accesoria» para complacer a Gertz; y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitió su denuncia en junio de 2025 como ejemplo de violaciones sistemáticas a garantías procesales.
El caso de Cuevas remonta cuando fue detenida acusada de homicidio en relación con la muerte de Federico Gertz Manero en 2015 –hermano de Gertz Manero–. La fiscalía, bajo órdenes del entonces recién nombrado fiscal general, revivió un expediente archivado durante cinco años, alegando que Cuevas y su madre, Laura Morán (excuñada de Gertz), eran responsables por herencia familiar. Morán, de 95 años en ese entonces, enfrentó una orden de aprehensión que nunca se ejecutó por su edad. Cuevas pasó más de un año y medio tras las rejas, separada de sus hijos, quienes sufrieron amenazas: «Declaren contra su madre o los acuso a ustedes», dijo.
La liberación de Cuevas llegó tras un fallo unánime de la SCJN que anuló su auto de formal prisión por violaciones constitucionales. El caso escaló internacionalmente: en febrero de 2022, Cuevas publicó una opinión en The Washington Post denunciando la «venganza» de Gertz, y este año la CIDH abrió el expediente, monitoreado por organizaciones como Artículo 19.
Cuevas no solo rechaza el «borrón y cuenta nueva» implícito en la premiación de Gertz –quien coordinó el caso con Ernestina Godoy, actual aliada de Sheinbaum–, sino que acusa directamente a la presidenta de «cómplice». «Sigo sin disculpa. Sigo sin reparación. Sigo viendo a mis torturadores en su gabinete», afirma, exigiendo: reconocimiento estatal de la persecución, disculpa pública a ella, sus hijos y Morán; reparación integral conforme a estándares interamericanos; y separación de implicados como Gertz, Godoy, Omar García Harfuch y otros.
Cuevas concluye su denuncia con una advertencia:
«Cada vez que usted mienta, yo voy a recordar la verdad. Cada vez que usted proteja a Gertz, yo voy a exponer los hechos. Cada vez que usted se enoje con las preguntas, yo voy a hacer más ruidosa la respuesta. Porque las víctimas no aceptamos “otras interpretaciones”. Porque la justicia no es negociable. Porque México merece mejor que un gobierno que premia verdugos. Presidenta su enojo de hoy no me asusta. Me confirma que voy por buen camino. Cuando le molestan las preguntas, es porque las respuestas la incomodan. Y cuando las respuestas incomodan, es porque la verdad duele. Que siga doliendo. Hasta que haya justicia».
