Por Víctor Barrera

Uno de los factores fundamentales para que cualquier nación pueda establecer un crecimiento económico y llevar a su población un bienestar y mejoramiento de su calidad de vida es la confianza. Sin confianza, ninguna nación podrá aspirar a erradicar problemas.

Lamentablemente las administraciones de la 4T no cuentan con ese factor, porque la población a quienes gobiernan no confía en su gobierno y tampoco en la gente que los rodea como parte de su administración

Y es que la confianza no solo es una palabra, son hechos que hace que la gente pueda trabajar al lado de sus gobiernos y no lo contrario.

La autollamada 4T no ha logrado obtener esa confianza en su totalidad y por ello las decisiones y acciones que se toman desde el poder Ejecutivo Federal, los estatales y municipales no han logrado permear en la población

Esto porque desde que esta 4T se instaló en el país con la administración del tabasqueño de Macuspana, la confianza se fue perdiendo al grado que ahora la molestia se presenta porque no se ha logrado cumplir con las promesas que se ofrecieron desde el 2018 y se repitieron en el 2024.

“No mentir, no robar y no traicionar” son palabras que suenan huecas ante una realidad que muestra todo lo contrario. La corrupción, el principal mal de este país no se ha erradicado, sino se ha acentuado y así lo percibe la mayoría de la gente.

La pasada y la presente administración solo se han enredado en sus palabras y no han logrado combatir este cáncer que lacera a la gente que menos tiene. No hay avances en su erradicación, pero nos enteramos de que esta corrupción es aún más fuerte que en las pasadas administraciones y que ahora va acompañada de la impunidad

Ejemplos claros son Segalmex, la Mega Farmacia, la construcción del Tren Maya y recientemente el huachicol fiscal y físico de gasolina. Donde existen quebrantos para el erario público, pero no se ha logrado capturar y sancionar a los culpables.

A esto se suma la incesante acusación que hace el presidente de Estados Unidos a varios políticos mexicanos que los acusa de ser cómplices de los grupos criminales del narcotráfico. Pero en esta administración no se han capturado a esos políticos que facilitan la corrupción y despojo de recursos a la nación.

La presente administración federal, tampoco ha logrado reducir la percepción de niveles altos de corrupción, porque sabe que podría abrir una ventana que pusiera en una situación crítica al movimiento de la 4T y con ello la posibilidad enorme de perder el poder y posiblemente por ello solo se ciñe a manifestar, “se iniciaran carpetas de investigación” .

Claudia Sheinbaum insiste en afirmar que la corrupción ha desaparecido, pero esta narrativa se diluye ante la realidad de los mexicanos, porque a menudo se conocen hechos de corrupción que tienen que ver con gobiernos de Morena.

La corrupción tiene que ver, evidentemente, con el dinero, robo, tráfico de influencias, complicidad, trampa y cochupos. Pero en la forma omisa de algunos gobiernos para erradicarla y evitar la impunidad.

Los estados reciben cada año recursos públicos que no alcanza siquiera para enfrentar uno o dos problemas, pero además dentro de las administraciones estatales existe un huachicoleo de recursos por parte de los gabinetes estatales.

Y es que ya van siete años de 4T y de gobiernos emanados de Morena y es posiblemente por esto que no se logra erradicar el problema ante el posible involucramiento de personajes de alto nivel de gobierno.

Todo esto incrementa la desconfianza entre la gente y más aun entre los inversionista nacionales e internacionales.

Peor aún cuando los funcionarios encargados de la seguridad y bienestar de la gente se ven involucrados como en el caso del huachicol y recientemente con el asesinato de Carlos Manzo. Si a esto le agregamos que en nuevo Poder Judicial empieza su etapa de aprendizaje y esta tardará por lo menos algunos meses, la falta de confianza se acentúa.

Recursos públicos hay como lo muestran las recientes cifras de más de 500 mil millones de pesos en nueva recaudación de parte de la Secretaría de hacienda, pero la desconfianza se inicia cuando no se dice y aclara en donde se aplicarán esos recursos.