Por Víctor Barrera
Aun cuando el titular del poder Ejecutivo, quiere que los mexicanos veamos como algo común lo que en seguridad está pasando en el país, este debe ser un punto de inflexión entre la ciudadanía para decidir si se quiere seguir viviendo en esta situación de temor o debemos exigir que ya se cumpla con el cambio prometido.
México mantiene un incremento en asesinatos, tan solo en lo que va del sexenio suman 123 mil, número superior a los presentados en anteriores sexenios en la totalidad de sus administraciones, el robo de 20 contenedores dentro de un puerto que es vigilado por la Marina Nacional, la desaparición diaria de por lo menos 17 personas, siendo las mujeres más afectadas, y municipios que son tomados por un grupo de gente armada, sin que las autoridades hagan algo para detener esto.
En cambio, escuchamos al titular del poder Ejecutivo decir que en los estados de la república donde hay menos violencia, no hay homicidios son aquellos donde una organización criminal domina el territorio y por ello no existe enfrentamiento con otros grupos delictivos, algo nos muestra que este gobierno ha dejado de cumplir una de sus principales obligaciones, cuidar la paz social y del país y a sus pobladores.
Ahora, la mejor manera de tener paz social, nos da a entender López Obrador, es que un grupo criminal cuide todo un territorio y sea dueño de todo lo que ahí se encuentra a través del pago de derecho de piso o eliminando a quienes no estén con él, que el imperio de terror persista y que la gente, el pueblo bueno, entienda que es lo mejor que puede sucederle, tener señores amos de los territorios.
México entonces se está encaminado, con permiso del poder ejecutivo a la pérdida del Estado de Derecho, eso que se llama gobernanza donde la gente junto con sus representantes, legisladores y gobiernos establecen leyes, reglas y normas que implica el respeto a la vida y a las propiedades y bienes particulares, y que deben ser cumplidas por todos, porque estas son compatibles con los derechos humanos, por lo que nada ni nadie debe estar por encima de ello.
Entonces el claudicar en esta obligación del poder Ejecutivo es simplemente incumplir con su mandato y por ello debe dejar su puesto por el que fue elegido, sin embargo, no existe nadie que lo pida de manera formal y legal. Nuestros representantes, diputados, federales y locales, y senadores están más preocupados porque sus partidos políticos mantengan votos para seguir viviendo de las prerrogativas que les otorga el INE y tener un puesto con fuero constitucional que el hacer cumplir las leyes que ellos mismo crean.
Debo manifestar que se pide al gobierno federal que haga valer la ley se aplique y se castigue a todo aquel que la infringe, sin violencia, sin enfrentamientos, pero si con mano dura.
Debe preocuparnos que la violencia siga en aumento, que exista un grado alto de impunidad, y que se pretenda establecer que esto debemos entenderlo como algo común, cotidiano y por lo tanto deberemos sobrellevarlo y no quejarnos.
Los reclamos de la sociedad civil siguen sin ser escuchados por un gobierno que prometió trabajar para la gente, legisladores que así también lo hicieron, pero que no lo cumplen.
Sin un Estado de Derecho podríamos caer en una anarquía total, donde la ley del más fuerte puede imperar y no la ley que se origina a través de los acuerdos entre gobernadores y ciudadanos, esto no lo debemos permitir.