México enfrenta uno de los mayores retos en materia de salud dentro de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ya que de acuerdo con el informe Health at a Glance 2025, dado a conocer esta semana, el país mantiene una esperanza de vida 5.6 años por debajo del promedio del organismo y registra niveles elevados de mortalidad prevenible y tratable, lo que refleja fallas persistentes en acceso, calidad y cobertura de los servicios médicos.
El reporte señala que la esperanza de vida en México se ubicó en 75.5 años, mientras que el promedio de la OCDE alcanzó 81.1 años. Este diferencial de más de cinco años evidencia un rezago estructural influido por enfermedades crónicas, acceso limitado a servicios oportunos y desigualdades regionales.
En cuanto a causas de muerte, la OCDE destaca que México registró 243 muertes prevenibles por cada 100 mil habitantes, cifra considerablemente más alta que el promedio del organismo (145).
En muertes tratables, es decir, aquellas que podrían evitarse con atención médica eficaz, la brecha vuelve a ampliarse: el país reporta 175 fallecimientos por cada 100 mil habitantes, contra 77 en la media de la OCDE.
El estudio advierte que México solo cubre 78% de su población con un conjunto de servicios esenciales, lo que refleja una cobertura sustancialmente menor que la de otros sistemas con acceso universal.
Además, indicadores de calidad de atención hospitalaria muestran desafíos importantes. La mortalidad a 30 días después de un infarto agudo de miocardio alcanza 22.6%, frente al promedio OCDE de 6.5%. En el caso del evento cerebrovascular, la mortalidad asciende a 17%, más del doble del promedio del organismo (7.7%).
Los niveles de vacunación también muestran rezagos: solo 78% de las niñas y niños reciben las tres dosis de la vacuna DTP (difteria, tétanos y tosferina), por debajo del estándar internacional. En detección oportuna, apenas 20% de las mujeres de entre 50 y 69 años acceden a mastografías, muy lejos del 55% que promedia la OCDE.
Aunque México presenta ventajas en algunos factores de salud pública, como tasas más bajas de tabaquismo (8.5%) y consumo de alcohol (6.2 litros per cápita), otros riesgos siguen presionando a la población.
Entre ellos, la exposición a partículas PM2.5, que en México es de 14.4 microgramos por metro cúbico, por encima del promedio OCDE de 11.2. Este contaminante se asocia con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
El informe también advierte que México continúa destinando menos recursos a la salud en comparación con otros países del organismo. El gasto per cápita se ubicó en 1,588 dólares, lo que representa apenas una cuarta parte del promedio OCDE (5,967 dólares). En proporción del PIB, México invierte 5.9%, frente al 9.3% promedio.
La infraestructura también es limitada: el país cuenta con 1 cama hospitalaria por cada 1,000 habitantes, el promedio es 4.2, y solo 10 equipos de tomografía, resonancia o PET por millón de personas, frente a 51 en el conjunto de la OCDE
El reporte coloca a México entre los países con mayores retos estructurales en salud dentro de la OCDE. La combinación de menor esperanza de vida, alta mortalidad prevenible, infraestructura insuficiente y baja cobertura revela la necesidad de fortalecer la capacidad del sistema, mejorar la prevención y garantizar atención médica oportuna.
