Por Víctor Barrera


La marcha programada por la llamada Generación Z ha puesto a la presidenta a concederles demasiado tiempo para hablar y descalificarla, porque según ella, son personas que están manipuladas bajo la ideología de la derecha y por ello la descalifica.

Esta descalificación es muestra de una preocupación de lo que esta marcha podría provocar más adelante. Un movimiento en contra de lo que ahora se percibe como la falta de acción de parte del gobierno federal para dar solución a los problemas que aquejan a la sociedad.

Tratar de descalificar una marcha a través de señalar que la derecha, los ricos, están detrás de ella, muestra que si existe una preocupación porque sabe que no se ha podido establecer una estrategia que cubra a toda la sociedad para hacerla mansa y se ajuste y conforme con lo que existe en el país.

Pobreza, inseguridad, corrupción, impunidad, falta de empleos de un sistema de educación para colocar a la mano de obra a la altura de lo que se vive en el mundo, un sistema de salud que implique que la población está bien cuidad y que no hace falta medicamento para nadie que sufra una enfermedad.

Esto es lo que perciben los integrantes de esta generación Z, y que pretende minimizar la presidenta al señalar que la gente de dinero, aquellos que también son mexicanos son capaces de conformar movimientos para desestabilizar al gobierno federal.

SE arma una estrategia donde jóvenes, a través de podcast y la utilización de las redes sociales, pretenden minimizar el clamor de los otros jóvenes, de la Generación Z, manifestando que todo va bien que no hay problemas y que en México se consolida el segundo piso de un régimen que ha cambiado todo.

El gobierno utiliza también su sistema de radio y televisión para difundir su narrativa, tratando de desacreditar la marcha, como si estos jóvenes no tuvieran el derecho de hacerla y expresarse libremente.

El evento, la marcha, tiene preocupada a Claudia Sheinbaum y por ello ese afán de minimizarlo. Buscando a quienes están detrás de la misma, sean empresarios, o periodistas, pero que califica como traidores a México.

Sin embargo, también entiende que los resultados hasta ahora conseguidos de la 4T en general y de su gobierno en particular no son los esperados, porque las promesas fueron muchas desde hace 7 años y la gente, en especial esta Generación Z, entiende que no se han cumplido, que su futuro se ve amenazado y que su crecimiento y movilidad social está limitada.

Nuevamente se intenta impregnar a la población de encuestas donde su popularidad es del 70 por ciento, lo cual no se pone en duda, pero en las mismas encuestas sucede que el 77 por ciento de la población descalifica a este gobierno en la falta de resultados de so grandes problemas, inseguridad, corrupción e impunidad.

Esto no se puede soslayar y descalificar sino se debe actuar para ir disminuyendo la intensidad de los problemas. Por eso es necesario que el gobierno escuche las demandas, que entienda que la gente ha esperado, siete años para el cambio, para ver que su calidad de vida mejora, que el bienestar no está solo en Morena y sus laidos, sino que permea en toda la gente.

Claudia Sheinbaum debe entender que así ,como ella fue parte de un movimiento que pidió y exigió soluciones a sus problemas cada año apareen grupos que buscan lo mismo.

Porque la izquierda no es dueña de hacer marchas sino toda la sociedad tiene ese derecho, descalificar la marcha de la generación Z, tratar de culpar a la derecha de apoyarlos es dejar de ver los problemas y sus soluciones. Lo mejor es dar solución a los problemas para demostrar que el cambio si se puede hacer realidad.

Este cambio no debe ser a través de narrativas, podcast o conferencias mañaneras sino por resultados palpables para la gente que perciba que el cambio si existe.