Por Víctor Barrera
México en los próximos meses enfrentará dos situaciones que podrían confluir en mayor inseguridad como consecuencia de la lucha entre bandas del crimen organizado para tener mayor territorio en el país, un gobierno casi monopólico, porque la hegemonía que sigue obteniendo Morena y sus aliados en los gobierno estatales no llevará a los tiempos donde el PRI era el único partido que gobernaba, con la diferencia que este régimen no tiene idea de cómo administrar al país y los gobierno estatales y locales todo se lo dejan al gobierno federal.
El segundo fenómeno son largos trimestres con niveles de inflación altas, que golpearan a los mercados financieros y como consecuencia a la economía familiar, lo que deberá ser contrarrestado con una política monetaria que implique el incremento a las tasas de interés del Banco de México que significa un costo más caro del dinero.
Algunas empresas no podrán tener la capacidad para resistir estos embates financieros y cerrarán sus puertas ocasionado mayor desempleo, pobreza y salarios precarios, pero necesarios para que las familias mexicanas puedan subsistir ante un régimen que en economía no da una y solo depende de lo que pase en el mundo con otras economías como la de Estaos Unidos, y China.
Lo que sigue cuando la inflación marque una tendencia a la baja será evaluar los efectos de las políticas monetarias restrictivas y su impacto en el desempeño económico.
Así, el México del 2023 será uno con la economía en muy malas condiciones, una población empobrecida, enojada y con la situación política hegemónica que de poco servirá para cambiar las cosas.
Por ello, la oposición tendrá que buscar reinventarse en el 2024 para establecer una estrategia que le permita ser la alternativa no solo política, sino con verdaderas soluciones a problemas económicos y sociales del país.
Los mismos que ven lo mal que lo está haciendo la actual administración federal, deberían ser también los primeros en notar que si alguien sabe cómo manipular los ambientes preelectorales es el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La oposición real no existe porque el régimen actual ha logrado sembrar la semilla de la división y la discordia entre esta oposición, algo que en los próximos meses veremos si realmente rinde los frutos esperados, ganar las últimas dos gubernaturas en disputa antes de llegar a los comicios federales.
La discusión en torno a la oposición será si el partido de Dante Delgado, viejo y fiel aliado de López Obrador, se va a sumar a la causa anti 4T o servirá como el factor que dividirá el voto de la oposición.
Con una oposición sin López Obrador puede acomodar las piezas a su modo, y podrá obtener no solo la continuada en el 2024 sino conseguir en los próximos años la hegemonía total en la política mexicana, algo que representa un retraso en la democracia del país y en su desarrollo económico y social.