La invasión rusa de Ucrania, lanzada el 24 de febrero, ha tenido un impacto global, al agravar las crisis alimentarias de muchos países debido al alza de los precios de los cereales y de los fertilizantes.
Los cinco países han decidido tomar medidas, en un momento en el que casi una de cada tres personas en todo el mundo no tiene acceso a alimentos adecuados, en el que las interrupciones de la cadena de suministro obstruyen el comercio y el cambio climático amenaza los cultivos.
El objetivo es maximizar el suministro de alimentos para intentar «mantener la estabilidad de precios»y asegurarse de que las sanciones por la guerra no afectan a estos productos.
Los firmantes también se comprometen a brindar asistencia humanitaria a los más vulnerables, con donativos.
Con el fin de respaldar un mayor acceso a fertilizantes, Estados Unidos, Brasil, Argentina, México y Canadá tienen la intención de incrementar su producción y optimizar su uso por tonelada de alimentos producidos.
La invasión de Rusia a Ucrania, ambos productores de fertilizantes, abre una carrera por la producción de estos insumos, en particular en las Américas.
Rusia es el mayor exportador de fertilizantes del mundo, con ventas de 7 mil 600 millones de dólares anuales en 2020, según el Observatorio Económico de Competitividad (OEC), prácticamente paralizadas por la guerra y las sanciones internacionales.
Su producción cubría 12.1 por ciento de la oferta global.