Los Gobiernos de Estados Unidos y de Tailandia, Camboya y Malasia han suscrito este domingo una batería de acuerdos bilaterales que incluyen pactos comerciales arancelarios que prevén aranceles del 19 por ciento para los productos de estos países asiáticos y la exención casi total para los productos de exportación estadounidenses.

«Estados Unidos y Tailandia trabajarán juntos para abordar las barreras no arancelarias de Tailandia que afectan al comercio bilateral», explica la declaración bilateral firmada con Tailandia, idéntica a la publicada sobre Camboya y Malasia, que contempla alivios en la guerra arancelaria declarada por el mandatario norteamericano.

Así, los tres países se comprometen a aplicar la normativa sobre seguridad y motores estadunidense, a aceptar los certificados de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y a autorizar la importación de etanol estadounidense para combustible.

La declaración termina con la explicación de que en las próximas semanas ambas partes «negociarán y finalizarán el Acuerdo de Comercio Recíproco, preparar el Acuerdo para su firma y tramitarán las formalidades internas para que el Acuerdo entre en vigor». Estados Unidos también ha suscrito un acuerdo similar con Vietnam.

Estados Unidos también ha suscrito este domingo sendos Memorándum de Entendimiento con Tailandia, Malasia y Camboya para la cooperación para la diversificación a nivel global de las cadenas de suministro de «minerales críticos» y tierras raras y fomentar además las inversiones a nivel bilateral.

Los documentos firmados con Tailandia, Malasia y Camboya son idénticos y recogen la voluntad de las partes de «fomentar la asociación entre empresas estadounidenses» y de estos países e impulsar el comercio y las inversiones para «ampliar la integración de Tailandia (Malasia y Camboya) en las cadenas globales seguras y fiables de suministro» para minerales «críticos».

En concreto plantea «fortalecer el comercio y la inversión en las cadenas de suministro de minerales críticos» para «garantizar el suministro de minerales críticos a nivel global», según el texto, difundido por la Casa Blanca.

Asimismo recoge la intención de realizar «transferencias de tecnología y fomentar la investigación, el desarrollo y la aplicación de tecnologías innovadoras».