Las principales centrales obreras del país coincidieron en que la reforma para establecer la jornada laboral de 40 horas debe aplicarse de manera gradual, sin reducción salarial y garantizando el respeto pleno de prestaciones, al tiempo que confirmaron que trabajarán en una postura unificada antes de que inicie la discusión legislativa formal en el Congreso durante noviembre.
Durante la conferencia de prensa de la Asociación General de las y los Trabajadores (AGT) representantes de la UNT, CTM, CROC, CROM y CTC subrayan que la prioridad de la reforma debe ser el bienestar familiar y la reorganización del tiempo laboral, pero cuidando los ritmos de implementación para no afectar a sectores productivos con distintas capacidades operativas.
Francisco Hernández Juárez, dirigente del STRM, señaló que el movimiento obrero está en fase de consenso interno. “Las 40 horas se van a legislar. Lo que corresponde ahora es ponernos de acuerdo entre nosotros para llegar con una sola propuesta y con condiciones claras”, afirmó.
Algunos de los aspectos prioritarios que deben ser considerados en la reforma son: que no haya reducción salarial ni afectación a prestaciones, independientemente del ritmo de implementación.
También considerar una aplicación gradual, con transición de máximo dos años, tomando en cuenta la capacidad operativa de cada sector; establecer un blindaje constitucional para evitar que la reducción quede sujeta a reglamentos posteriores o flexibilización discrecional.
Inclusión de mecanismos diferenciados para los 18 millones de trabajadores sin contrato colectivo, quienes no cuentan con negociación sindical; incluir la revisión del régimen fiscal de horas extra y prestaciones, a fin de que no se vuelva incosteable para las empresas ni desincentive la formalidad.
Obligatoriedad de comités de productividad en los contratos colectivos, ligados a la compensación y desempeño
