Por Víctor Barrera


La super mayoría que Morena tiene junto con sus aliados del PT y PVEM en el poder legislativo solo ha servido como herramienta para aprobar todo lo que permita a la autollamada cuarta transformación, seguir avanzando en lo que denomina el segundo piso.

Pero también ha servido como el vehículo que permite la venganza ante sus adversarios, políticos o sociales.

Sin embargo, esta super mayoría, también muestra la incapacidad de muchos de sus legisladores para analizar a profundidad las incitativas o reformas de Ley que se presentan, sin advertir que estas pueden hacer mucho daño al pueblo, esa masa amorfa sin cara que tanto les gusta aludir para justificar sus decisiones.

Hemos visto como poco a poco se han modificado esas leyes que permiten afianzar a la cuarta transformación pasando por encima de todos y del interés de quienes dicen representar en el poder legislativo. Porque muchas de esas leyes, modificadas o creadas, no fortalecen el crecimiento económico y como consecuencia el bienestar y mejor calidad de vida sigue postergándose para el pueblo.

Algunas otras solo se originan a partir de un problema que los funcionarios públicos o han podido resolver, pero en lugar de tratar de resolver esas deficiencias, se intentan arreglar a través de reformas y modificaciones de ley.

Y estas aparecen por racimos, como el cambiar los horarios del transporte de gas, o sancionar a quienes se burlan de los funcionarios públicos y legisladores con memes, o castigar a quienes ahora para obtener recursos que no se perciben porque no se abren fuentes de empleos. O se va en contra de los empresarios imponiendo leyes que perjudican el desarrollo de sus empresas arguyendo que es en favor del trabajador, sin embargo, este trabajador sale más perjudicado al ver que se cierra su fuente de trabajo.

Pero también se insertan leyes que favorecen el centralismo y autoritarismo a favor de la 4T como las modificaciones a la Ley de amparo que desampara a todos los mexicanos y quienes habitan el país.
El problema es que estas leyes no resuelven los problemas de fondo porque las leyes deben prever los problemas y evitar que estos sucedan.

Ayer los diputados federales reformaron la minuta enviada por el senado de la república convirtiéndola en la herramienta eficaz para el gobierno y no para la gente. Dejando en el desamparo a los ciudadanos que no podrán utilizar esta ley como protección ante actos arbitrarios de la autoridad.

Así con estas modificaciones ya no habrá posibilidad de reclamar al estado su proceder que violenta los derechos fundamentales de la ciudadanía. Argumentando que los amparos eran utilizados de manera abusiva se modifica para que su otorgamiento sea casi imposible.

Y como se ha vuelto costumbre en los gobiernos de la 4T, los legisladores o del oficialismo ocupan su super mayoría y modifican leyes a favor del estado y no del pueblo.

Ahora le toca a la ciudadanía analizar el proceder del legislativo y de la representante del poder Ejecutivo federal y de los estatales y municipales, pero también del legislativo y en el 2026 salir a votar por la continuidad de un régimen que ha hecho mucho daño o retirarles el voto para elegir otro régimen en los próximos años.

México no puede seguirse moviendo a través de ocurrencias o necesidades del poder, porque esto no da crecimiento económico y tampoco una mejor calidad de vida para quienes habitamos México.