Por Víctor Barrera

Sin lugar a dudas deberá festejarse que entre inversión la país, lo que podría dejar también importantes cantidades de recursos vía recaudación y la creación de empleos con salarios justos. Por tanto, las cifras que Claudia Sheinbaum informó sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país es agradable.

Las causas de esta cantidad de inversión se deben principalmente a que muchas empresas ya establecidas en México, mantiene su inercia de inversión para mantenerse en los diferentes mercados productivos, pero también para aprovechar que nuestro país es uno de los que menos impuestos pagan por la exportación de productos hacia Estados Unidos.

Los 34 mil 265 millones de dólares, de acuerdo a las cifras informadas, representan es un 10, 2 por ciento más al año pasado, lo que significa que nuestro país no ha dejado de recibir esas inversiones, pero lo extraño es que esas inversiones, que dejan también un incremento de recaudación, no se note en el incremento de infraestructura industrial, o en infraestructura pública y los servicios que el gobierno tiene la obligación de dar a la población.

Lamentablemente seguimos en un país donde sus carreteras están llenas de baches, donde la inseguridad sigue imperando y donde el sistema de salud sigue colapsado ante la demanda creciente de la población, tampoco deberemos olvidar que el sistema educativo, sigue en niveles de deterioro y esto impide un avance social en muchas regiones del país.

Por lo tanto, no se trata únicamente de manifestar que existe más inversión en el país, sino de informar en que se aplican los recursos derivados de esas inversiones y recaudados por las autoridades hacendarias.

Además, tenemos que tomar en cuenta que estas inversiones, como lo señale anteriormente, es la inercia de muchas empresas que mantiene su espacio en los mercados y no los pueden perder, pero poca de esta inversión se refleja en la creación de empleos.

Así lo demuestra el crecimiento del mercado informal en el país, es decir cada día los mexicanos, en todos los estados del país, observamos como la gente sale de sus casas a instalarse en las vías públicas para colocar un pequeño comercio que le ayude a solventar su economía familiar.

También seguimos observando como los delitos como la extorsión y el narcotráfico sigue en niveles altos, por lo que es necesario que la estrategia de seguridad sea más implacable, pero para eso se requiere recursos.

Por tanto, el festejo mayor deberá ser cuando las autoridades informen que los recursos recaudados ya no son para invertir en obras de relumbrón, sino en obras con efectividad social, que generen sus propios recursos para su mantenimiento y no se sigan subsidiando.

Festejaremos cuando los niveles de inseguridad lleguen casi a cero y que los sistemas de salud y educación sean los apropiados para el bienestar de la gente en su crecimiento y movilidad social.

Entonces si podremos decir que las inversiones que entran al país son de beneficio para todos y no solo para unos cuantos.

Para alcanzar estos objetivos se requiere de un país donde se respete el Estado de Derecho, donde exista el compromiso de transparencia en el manejo de los recursos públicos, y estos sean de beneficio principalmente para la población y no solo para una élite política o social

Se habla mucho de lo malo que es el neoliberalismo, pero esto nos muestra que la libre competencia es la base fundamental que incentiva la inversión, que el Estado de derecho es lo que garantiza a los inversores que sus capitales no solo producirán sino tendrán plusvalías, pero también debe haber un absoluto respeto a la autonomía de los poderes en nuestro país. Que no sea el partido oficial que impere en estos poderes, porque esto se convierte en un dique muy peligroso para el desarrollo y crecimiento de México, en el 2018 éramos la economía número 12, ahora estamos entre los lugares 13 o 14.

El camino es llegar a estar entre las 10 mejores economías, porque riqueza natural existe en México, desarrollo de la industria también, solo falta que la conducción de todo esto sea hacia el objetivo adecuado sin desvío alguno.