Miles de manifestantes participaron ayer en otra serie de protestas en más de 400 ciudades contra las políticas del gobierno de Donald Trump, mientras continuaron las expresiones de repudio y resistencia desde centros académicos.

Rage against the regime (Rabia contra el régimen) fue la consigna de grandes y pequeñas manifestaciones y actos de protesta no violentos convocados por la red 50501, y aunque fueron más reducidos en número y dimensión, marcan la continuación de una ola de protestas en las calles, frente a centros de detención de migrantes, en universidades y hasta en parques nacionales.

En pueblos y ciudades en California, Oregon, Colorado, Oklahoma, Wisconsin, Iowa y Kansas a Tenesí, Georgia, Nuevo Hampshire o Florida, los organizadores registraron 463 actos de protesta en todo el país, en las cuales se denunciaron desde las medidas antimigrantes hasta los recortes a programas de asistencia social, así como las políticas antiambientales, las represiones de disidentes a la complicidad del gobierno estadunidense con el régimen israelí en el genocidio en Gaza, entre otras.

Despierten, el gobierno es corrupto, se podía leer en una pancarta en Oklahoma City. “Saquen a ICE (la migra) de nuestras comunidades”, era una leyenda repetida en varios carteles junto con Ningún ser humano es ilegal. No reyes, no fascistas, no nazis, no tirando, no mentirosos, no Trump, decía otra en Topeka, Kansas. No al odio, no al temor, los inmigrantes son bienvenidos aquí, corearon en Denver.

La red descentralizada de 50501 (50 protestas, 50 estados, un movimiento) es una de varias iniciativas y organizaciones que han convocado las actividades que, en total han movilizado a millones en más de ocho días de acción nacional, realizadas desde principios de febrero en respuesta a lo que califican de las medidas antidemocráticas e ilegales del gobierno de Trump y sus aliados plutócratas.

En junio, cientos de miles participaron en más de 2 mil ciudades y pueblos bajo la consigna No queremos reyes. En julio se realizaron protestas en más de mil 600 ciudades y pueblos.

Aparte de los días de acción nacional, diario se registran protestas alrededor de Estados Unidos, algunas por organizaciones de defensa de derechos y libertades civiles, de organizaciones inmigrantes y sus defensores, entre otras, pero también varias expresiones individuales de figuras reconocidas, entre ellos artistas, músicos e intelectuales.

El viernes el reconocido historiador y profesor recién jubilado Rashid Khalidi, heredero académico del gran intelectual palestino-estadunidense Edward Said, en la Universidad de Columbia, publicó una carta abierta para anunciar que había cancelado sus planes de ofrecer una clase el próximo semestre porque la institución donde trabajó más de 20 años se rindió ante el gobierno de Trump.

Columbia aceptó un acuerdo con el gobierno de Trump por el que no sólo le pagará 200 millones de dólares, sino que permitirá que un monitor evalúe su programa de estudios sobre Medio Oriente entre otras medidas, cediendo ante demandas del gobierno para ejercer mayor control sobre esa y varias otras universidades.

La capitulación de Columbia ha transformado a una universidad que era antes un sitio de libre investigación y aprendizaje, a una sombra de lo que fue, en una anti-universidad, un lugar de temor y aversión, donde la facultad y los estudiantes son instruidos desde las alturas qué pueden decir y enseñar, bajo pena de sanciones severas, concluyó la carta del académico al denunciar el acuerdo con el gobierno.

Críticas y condenas de profesores, investigadores y administradores de universidades, algunas como Columbia entre las de mayor prestigio, se suman a las de científicos, abogados y otros profesionistas cuyas instituciones y asociaciones se encuentran bajo ataque del gobierno, con algunos de ellos saliendo por primera vez a las calles para protestar, junto con inmigrantes, maestros, enfermeras y activistas antiguerra.