Por Víctor Barrera
Todo indica que la recuperación económica global tardará por lo menos unos meses más y esta podrá reactivarse de manera importante luego de que se erradique totalmente el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y se determine que el virus del covid ha sido totalmente neutralizado y que no producirá mayores contagios o riesgo de contagios.
Esto nos muestra también que las economías que han planeado su crecimiento desde años atrás, como China y la India podrán recuperarse de manera más rápida, mientras que el resto de las naciones tardaran por lo menos un semestre más, pero existen otros países, donde está incluido México, que no han aprendido la lección y sus planeaciones de crecimiento se realizan de corto plazo, de manera anual, y esto provoca que un movimiento brusco en sus proyecciones sacuda la economía nacional, lo que propicia que su recuperación económica sea a un más aletargada.
Pese a que este gobierno federal ha mantenido gente con experiencia en el ámbito económico, el actual secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, durante años fue asesor de grandes empresas, por lo que su tarea fue mantener en números negros sus cuentas, además de generar ganancias importantes. En lo que respecta al Banco de México, los integrantes de la Junta de Gobierno, tienen una gran trayectoria como funcionarios y economistas, en el sector privado y público, sin embargo, mientras que López Obrador solo piense en términos político electorales, no habrá un plan estratégico económico a favor de los mexicanos a mediano y largo plazo.
El cambio que se esperaba no llegará y seguiremos manteniendo los viejos vicios, donde cada administración encamina su estrategia económica a favor de mantener los votos suficientes que le permitan mantener continuidad en el cargo, pero esto perjudica demasiado al país.
Con una estrategia de austeridad, para evitar endeudar más al país, solo ha dejado mayor restricción del gasto público, que significa menos empleos y más pobreza por el desempleo, o en el mejor de los casos el incremento del comercio informal, que no paga impuestos y que reduce el padrón tributario del país.
En particular esta administración ha creado mayores derechos, para recibir recursos públicos en programas sociales, que solamente son paliativos para disminuir la pobreza de los mexicanos, pero no ha incrementado las obligaciones para pagar impuestos y generar recursos que solventen esos programas sociales.
Es decir, López Obrador reparte recursos públicos sin generar entradas a las arcas de hacienda, en pocas palabras reparte solo pobreza
A lo anterior debe sumarse la escasa penetración del crédito en la planta productiva y, la insuficiente acreditación del sistema financiero en la sociedad, principalmente la Banca de Desarrollo encaminada a apoyar y fortalecer a los sectores productivos.
El comercio interior sigue representando el área más débil de la estructura económica de México; nuestro mercado interno sigue careciendo de conectividad, sin logística con poco crédito y un gasto de gobierno que no impacta realmente en el crecimiento.
En los últimos años el sector industrial es prácticamente inexistente mientras que el sector primario comienza a resentir seriamente los estragos de los recortes presupuestales y la inseguridad vía crimen organizado.
En el exterior los diversos Tratados y Acuerdos comerciales poco han servido ante la debilidad de nuestro mercado interno, manteniendo a México como un país de maquila.
México requiere un gobierno que deje de mezclar lo político con lo económico, que no solo camine en la línea de mantener el poder, sino que haga cosas a favor de la gente para mantener el poder. La debilidad económica de México es lo que constantemente ha propiciado las crisis que hemos vivido desde la era moderna del país.