Un reporte emitido por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México informó que se incrementaron en un 496 por ciento las denuncias de abuso sexual infantil. Las estadísticas de este documento, llamado Créeles, siempre dicen la verdad, se revela por qué es tan difícil para las víctimas denunciar esta clase de violencia.
De acuerdo con el informe, las cifras por abuso sexual infantil en México pasaron de ser 80 denuncias en el 2020 a 477 en el 2021. Aquí, se identifica que 7 de cada 10 casos se perpetúan por un familiar de la víctima, con el 72 por ciento de los incidentes ocurriendo en el hogar de esta.
Salvador Guerrero Chiprés, presidente de la organización, resalta la necesidad de creerle a los niños y niñas. Es un delito con un alto grado de impunidad y se requiere fomentar las estrategias de denuncia que responsabilicen a los agresores, afirma la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
Es importante destacar que 27 por ciento de las víctimas no emite denuncias por falta de respaldo familiar y 4 por ciento por miedo al agresor en cuestión. Esto evidencia el efecto que pueden tener los entornos en las personas vulnerables ante este tipo de violencia. Las cifras se recopilaron a través del análisis de casos atendidos por líneas de seguridad, donde 20 por ciento de las llamadas solo buscaban apoyo psicológico.
Para atender este tipo de violencia, es importante promover una serie de factores, los cuales tienen el objetivo de prevenir el abuso sexual infantil. Entre estos están el fácil acceso a una justicia efectiva y coordinada, atención física y mental de calidad, así como servicios sociales conscientes de las necesidades específicas de los niños y niñas. De igual forma, es necesario mejorar la formación de profesionales dedicados a la evaluación e intervención psicológica de las víctimas.
De igual modo, sería vital impulsar la sensibilización del público ante el abuso sexual infantil. Asimismo, se recomienda la implementación de mecanismos para la detección temprana de estas situaciones y de la educación de menores para mejorar su autoprotección son factores fundamentales para minimizar esta problemática.
Según la Guía de material básico para la formación de profesionales publicada por Save The Children, existen múltiples factores que favorecen las dinámicas de explotación y abuso sexual infantil. Es esencial prestar atención a la salud física, psicológica y emocional de los menores de edad, así como tomar las medidas necesarias para asegurar la prevención de cualquier tipo de violencia.