El Kremlin dijo este lunes que era demasiado pronto para decir qué depararía el futuro a las bases militares rusas en Siria y añadió que sería objeto de debate con los nuevos gobernantes en Damasco.

Tras un avance relámpago de una alianza de milicias encabezada por Hayat al-Tahrir al-Sham (HTS), antigua filial de Al Qaeda, Bashar al-Asad huyó a Rusia, lo que suscitó dudas sobre dos instalaciones militares rusas de importancia estratégica en Siria.

Preguntado por el futuro de las bases, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo: «Es prematuro hablar de ello todavía».

Todo esto es un tema de discusión con quienes estarán en el poder en Siria», dijo Peskov, aludiendo a la «extrema inestabilidad» en el país.

«Por supuesto, ahora se está haciendo todo lo necesario y todo lo posible para entrar en contacto con quienes pueden ocuparse de la seguridad. Y, por supuesto, nuestros militares también están tomando todas las precauciones necesarias», dijo Peskov.

Rusia cuenta con la base aérea de Jmeimim, en la provincia siria de Latakia, y las instalaciones navales de Tartús, en la costa.