La brecha financiera entre países ricos y pobres reduce drásticamente la capacidad de estos últimos para recuperarse de la pandemia de covid-19 y enfrentar nuevos impactos, dijo Liu Zhenmin, subsecretario general de la ONU para asuntos económicos y sociales.
La economía mundial ha sufrido varias repercusiones en los pasados dos años, señaló Liu en una entrevista con Xinhua, argumentando que las perspectivas económicas, junto con las de erradicar la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, siguen siendo muy inciertas. “Sin embargo, estos golpes no afectan a todos los países y pueblos de la misma manera”, dijo el alto funcionario de la ONU.
En situaciones de crisis, el acceso al financiamiento y las condiciones de dicho acceso en parte determinan qué tan bien los países pueden responder a las dificultades y recuperarse, subrayó Liu.
Frente a las devastadoras consecuencias de la pandemia, los países desarrollados han podido pedir prestado sumas récord a tasas de interés extremadamente bajas o incluso negativas para asistir a sus economías e invertir en la recuperación. Las naciones pobres, por su parte, no han podido responder en una escala similar, consideró.
“Los países pobres han sido paralizados por severas restricciones fiscales. A pesar del apoyo internacional, muchos sólo pudieron hacer necesario el gasto sanitario para luchar contra el covid-19 recortando el gasto en áreas como la educación y la infraestructura.
“A nivel mundial, tres de cada cinco de los países más pobres están en alto riesgo o ya están en dificultades por la deuda. El alto riesgo se traduce en costos de endeudamiento cada vez más altos”, agregó.
El funcionario advirtió que las perspectivas que enfrentan los países probablemente sean más divergentes a medida que el conflicto en Ucrania reduzca las perspectivas de crecimiento y aumente la presión inflacionaria, “exacerbando los retos que enfrentan los países más pobres”. Los costos de interés que los países en desarrollo pagan por sus préstamos comerciales han aumentado aún más en medio de una mayor incertidumbre en los mercados financieros, y el aumento de los precios de las materias primas está ejerciendo presiones adicionales sobre los países importadores de petróleo y alimentos, agregó.
“La lucha contra la pobreza y la desigualdad podría retrasarse para una generación entera”, los países en desarrollo necesitan con urgencia el apoyo internacional para superar estas tormentas, insistió.