Por Víctor Barrera
Sin duda que el regalo que otorgaron los diputados federales de la 66 legislatura, al aun inquilino de Palacio Nacional, tendrá un precio muy alto y serán los mexicanos, aquellos que integran el “pueblo sabio” quienes recibirán el mayor impacto.
Un país sin una justicia imparcial nunca será un país atractivo para que los inversionistas coloquen sus capitales, un país donde la justicia siempre estará del lado de un gobierno, tampoco es tractivo.
Es por ello que los senadores deberán analizar de manera profunda su voto y decidir si es necesario aprobar esta reforma o esperar un poco más de tiempo para que esta sea adecuada en los términos que requiere el país y no por la sed de venganza.
Por el momento una voz, que trata de mandar un mensaje que evite una salida de capitales es la de Altagracia Gómez, coordinadora del consejo Asesor Empresarial de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quien participó en el Biva Day en Nueva York, donde manifestó que la aprobación de la reforma judicial no impactará al T-MEC, tratando de evitar la especulación y caos entre los inversionistas.
También expresó que se equivocarán quienes no apuesten por México y perderán dinero. Esto subrayando la gran oportunidad que tenemos como país , en su situación geográfica, colocado cercano a la primera economía del mundo.
Pero hasta el momento no ha salido una voz de la próxima administración intentando manifestar que la seguridad jurídica prevalecerá en México, porque, repito, esto no podrá ocurrir ante un poder Ejecutivo totalmente poderoso, por encima de los otros dos poderes en el país.
De no haber una cordura en el poder Legislativo y seguir aprobando reformas y leyes para acrecentar el poder en una sola persona, México estará condenado a ser un país aislado y que no podrá contar con inversiones privadas que apoyen el desarrollo, científico, tecnológico a favor de los mexicanos.