Desde el miércoles por la noche para llegar vía terrestre a Manzanillo desde el centro del país sólo puede hacerse, en su último tramo, a 20 kilómetros de la ciudad, por brechas de terracería improvisadas, entre cerros. Los que se han quedado en el atasco, esperando a que avance el camión de adelante, no podrán salir de allí pronto. 

Desde el miércoles por la noche para llegar vía terrestre a Manzanillo desde el centro del país sólo puede hacerse, en su último tramo, a 20 kilómetros de la ciudad, por brechas de terracería improvisadas, entre cerros. Los que se han quedado en el atasco, esperando a que avance el camión de adelante, no podrán salir de allí pronto. 

Entre miles de camiones de carga, pasajeros e insumos, también hay familias enteras que pretendían pasar sus vacaciones en la playa; el plan cambió por completo para ocupar una suit familiar compartida en los asientos traseros del vehículo, con vista a la Laguna de Cuyutlán, a los cultivos de cocos y con aire acondicionado permanente en la unidad para protegerse de los 34 grados de temperatura con sensación térmica excesiva por la refracción del asfalto y la humedad del entorno. Ventanas cerradas para protegerse de los mosquitos, teniendo como sanitario la intemperie. 

La comida ha llegado a la ventana, con pizzas, tortas, refrescos y agua de grupos voluntarios como los “Caguameros Extremos de Manzanillo” que se han trasladado para llevar víveres a quienes permanecían en el atasco, priorizando la identificación de niños y transportistas que han vivido momentos de suma tensión en carretera, esperando a ser atendidos, para después continuar con su ruta. 

Se calcula que más de 5 mil vehículos de carga, más los que siguen llegando, están enfilados esperando un turno para realizar sus trámites en la Aduana de México, del que se ha presumido como el “puerto más importante de México” y el que, en este 2024 ha logrado superar mes a mes sus récords de movilidad de contenedores, siendo Marzo y Abril, los más productivos. 

En el primer semestre de este año las cuatro terminales que manejan contenedores sumaron un total de 1 millón 935 mil 710 TEUS, lo que representa un incremento del 11.5 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo a los registros de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA). 

Con esta tendencia los pronósticos más halagüeños buscan que al cierre de año se logre alcanzar la meta de los 5 millones de TEUS en un año, el doble que hace 10 años y que equivaldría a toda la movilidad de carga de todo el país en 2023; los pronósticos más reservados sugieren que se rozará la cifra de 4 millones de TEUS aunque en los Consejos de Administración se centran en la primera cifra, ahora que la aduana de Manzanillo ajustó sus horarios de 6 a 21 horas para los servicios de importación, manteniéndose abierta las 24 horas, siete días a la semana para actividades de exportación. 

Existe complacencia, respaldo completo para que Manzanillo siga creciendo como uno de los puertos más importantes de América Latina se ha dicho que es “la puerta de México al mundo”, si se plantea que es la ruta de más fácil acceso y conectividad entre el comercio exterior entre Asia y Estados Unidos, donde el sector logístico y el Gobierno Federal ha encontrado una gran oportunidad por conectar las mercancías entre un punto A y un punto B, propiciando una influencia y derrama económica por las operaciones. 

“Una gran ventaja que tiene Manzanillo es su ubicación, que propicia una gran influencia con ciudades y estados productores de mercancías que no tienen comunicación al mar, como Jalisco, Michoacán, Querétaro, Durango, pudiendo subir o bajar mercancías por el puerto colimense”, expresó recientemente en un foro público Verónica Valencia, gerente de RFE Accessa, al hablar del porqué del éxito del puerto colimense. 

La realidad al interior del recinto portuario es completamente distinta a la de la ciudad. Esta semana, tras una copiosa lluvia, ha mostrado una vez más, con inundaciones en las zonas de acceso al recinto fiscal, que mientras el Puerto ha crecido, la ciudad carece de inversiones para resolver los graves problemas de esta relación puerto – ciudad. 

Cuando en 2010 se confirmó la expansión del puerto de Manzanillo en la misma zona de San Pedrito, expandiendo la zona lacustre que colinda con las áreas demográficas como el Valle de las Garzas y las Brisas, también se condiciona su crecimiento paralelo en zonas rurales como Jalipa y Punta Chica, que fueron definidas como un área de desfogue del tránsito de mercancía vía carretera. 

En ese entonces, la proyección a 6 y 8 carriles en el tramo de ingreso se veía como solución, sin embargo, la conectividad con las puertas aduanales por la zona de Tapeixtles y Peña Colorada ha sido blanco de confinamientos permanentes, aunado a la transformación de parcelas ejidales en almacenes de contenedores a los que se les ha llamado puertos secos, cuando, en realidad, carecen de la infraestructura complementaria que le daría esta nominación. 

Expertos en operaciones portuarias como el Mtro. Martín Cárdenas Ruiz han declarado en espacios públicos y medios de comunicación esta realidad, mostrando que Manzanillo tiene la capacidad actual por ser un polo de inversión y modernidad con capacidad sobrada para seguir creciendo y para lograrlo todos “deben trabajar en la misma línea”. 

“Los inversionistas siguen a los inversionistas. Hace unas semanas llegaron grúas pórticas STS a través de Contecon y RTG eléctricas. Están invirtiendo millones de dólares en Manzanillo. Los inversionistas están viendo como un polo de oportunidad al puerto, nos estamos preparando para un volumen mayor. Tenemos una gran capacidad operativa importante, porque hacemos mucho con poco y creo que hay retos que resolver pero para eso requerimos que estén en la misma línea”, comentó Martín Cárdenas Ruiz, Gerente de Puertos AGUNSA L&D 

Frente a la gran apuesta del sector económico, que no ha escatimado recursos para la alcanzar la modernización de sus terminales portuarias, con mayor capacidad, que atienden buques de mayor calado, desde el sector público el colapso vial, una vez más, ha dejado mal parado a las autoridades, hacia el exterior de las rejas portuarias. 

Los comunicados han salido tarde. Cuando la crisis ya tenía, el miércoles por la noche, atrapados a miles de vehículos no hubo posicionamiento alguno, tampoco desvíos o contención. El jueves, a mediodía la ASIPONA, a cargo de la Secretaría de Marina emitió un comunicado en el que se deslinda de responsabilidades respecto al intenso congestionamiento vehicular ocurrido “en vialidades externas al puerto”. 

Antes de hacer público el comunicado la gobernadora Indira Vizcaíno Silva, señaló en los “Diálogos por la transformación” que, “de manera extraoficial”, el problema que originó el congestionamiento de vehículos es porque “se perdieron citas” en el servicio de la Aduana, además que un “desperfecto en una de las puertas aduanales” había agudizado la problemática, aunque, en ese momento, aseguró que la falla estaba resuelta, culpando también a las autoridades municipales de no facilitar el acceso al recinto. 

Por la tarde, la respuesta del gobierno municipal no se hizo esperar, quien acusó de “falta de capacidad de las terminales al interior del puerto, por la falta de atención de la Aduana, la falta de logística de ASIPONA” para atender la amplia demanda de los más de cinco mil tráileres que ingresan diariamente a Manzanillo, frente a la respuesta y negación de la terminal aduanera mexicana que negó fallas en sus sistemas informáticos justo en el día que se nombra al capitán de fragata Alberto Emilio Ferrer Rodríguez como nuevo mando de la Aduana Marítima de Manzanillo. 

El sector transportista ha sido muy claro, acusando a ASIPONA de eliminar un patio regulador de camiones que operaba al exterior de la terminal aduanal con 170 hectáreas de superficie, para rentarlo a particulares quienes, temen, se encargará de administrar la permanencia en este lugar donde, a través de citas, podrían controlar el flujo de citas que, ahora, han tenido que esperar en la carretera afectando el tránsito vehicular. 

En el año 2010, tiempo de desarrollo de la infraestructura de la ampliación del Puerto de Manzanillo en San Pedrito surgieron dos proyectos que buscaban adelantarse a lo que, actualmente se está viviendo. Un grupo, cercano al entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, anteponía la construcción del Puerto en el Vaso II de la Laguna de Cuyutlán, con una proyección a futuro de operación 20 veces mayor al puerto actual. 

La iniciativa del puerto en este lugar no es actual, desde tiempos de Porfirio Díaz, se ha visto que la actividad portuaria debía proyectarse aquél vaso lacustre, sin embargo, el alto costo de inversión tan sólo en dragados, además de los permisos de operación en esa área resultaron poco costeable en un corto plazo, dejando que en ese sitio, la inversión hecha para la instalación de la terminal almacenamiento de gas natural quedará sólo para este fin. 

El proyecto de la ampliación en San Pedrito, que ha sido todo un éxito para las exigencias actuales, que permite una expansión en corto y mediano plazo, presenta retos significativos como el de la conectividad con la ciudad, para lo cual, en ese entonces, a través de la Universidad de Colima, en periodo del ex rector Miguel Ángel Aguayo López, se habló de un magno proyecto logístico del “Puerto Seco de Tecomán”, que, además, contemplaba una vía confinada para el transporte de carga haciendo un punto de trámite aduanal a 50 kilómetros de la terminal de Manzanillo, dando, justamente, un mayor margen de operación fuera de la ciudad. 

Por el momento, aún cuando legalmente ya se cuenta con la autorización para el aprovechamiento de la Laguna de Cuyutlán para fines industriales y portuarios, el proyecto sigue sin un avance, ni partida presupuestal; mientras que el puerto seco proyectado desapareció por completo, dejando la tarea logística en las terminales actuales y labores auxiliares a empresas que se han instalado en callejones sin salida, dentro de Manzanillo. 

Otra alternativa que tuvo análisis en el Senado de la República fue la llamada carretera transvolcánica, que acortaría el flujo de carga por la zona de la Sierra de Manantlán, mismo que, también, quedó en proyecto. 

Al final, después de varios días caóticos de acceso a Manzanillo, el mensaje de la gobernadora es alentador: “¡Entre más complejo es el reto, más relevante es la coordinación y la suma de esfuerzos! Analizamos las alternativas que hay para que, ante cualquier interrupción en los ingresos a la terminal portuaria, no se paralicen los accesos ni el flujo vehicular en la ciudad”, la ASIPONA sólo ha dicho que las cosas fluyen y hay tolerancia y acceso a transportistas con citas vencidas. 

Ante el desarrollo portuario, que con la llegada de más infraestructura en materia de grúas de nueva generación, tecnología logística para el trabajo al interior de los recintos, con el aumento en los horarios de operación por parte de la Aduana, se prevé que la meta económica que proyecta al puerto como el más importante de México siga y no detendrá. 

El tránsito, para este viernes, ha fluido lentamente. Se han roto los muros intermedios que dividen los carriles en la autopista para facilitar la salida de vehículos particulares. Los que iban de vacaciones, muchos, han decidido regresar. 

Por otro lado, se han facilitado los accesos por terracerías y vías alternas para sortear la carretera. En Manzanillo la dinámica y la rutina seguirá, la ciudad es víctima de su propio éxito, del crecimiento que le ha puesto en el mapa mundial, del que genera mucha riqueza al erario público. Los manzanillenses sabremos cómo resolverlo, una vez más.