Por Víctor Barrera

Sin duda la continuidad puede hacer mucho daño al país, y será todo lo contrario de lo que la gente imagino al salir a sufragar por esa continuidad.

Así lo esta demostrando la forma en la cual se pretende llevar a cabo la reforma al Poder Judicial, luego de que se entrego la encuesta realizada por Morena que da como resultado que la gran mayoría de los encuestados, el 84 por ciento  votaron a favor de esta reforma.

Pero este voto fue motivado porque el cuestionamiento que se realizo fue para acabar con  la corrupción dentro del Poder Judicial, y no por la forma en la cual se elegirían los integrantes de este Poder.

Hasta el momento, nadie a salido a explicar cada uno de los motivos que se han utilizado para  llevar a cabo esta reforma. Por tanto el voto se ha realizado con un enorme grado de ignorancia sobre el tema, de la parte de la ciudadanía.

Es cierto que México requiere fortalecer su estado de derecho, pero no es  con uan elección de voto popular como tendremos a los mejores jueces, como sucede en el poder  legislativo, donde la popularidad de un partido político basto para votar a ciegas sobre  los candidatos de dicho partido político, y muchos de ellos  no son los mas capaces para hacer y reformar leyes.

Por tanto el cambio que se seguirá dando en el país será a través de una propuesta unilateral, que a un cuando se manifieste que se abrirán foros y se escucharan todas las voces, la decisión de antemano esta tomada, no mover ni un punto o coma de la propuesta enviada por quine detente el poder máximo en el país.

Lo más lamentable es que quien asumirá ese cargo el próximo 1 de septiembre, apruebe de alguna manera que se realice esta reforma, porque  solo muestra ser la cara de un poder que esta atrás de ella.

Esto nos regresara al México  de siglo pasado en los años post revolucionarios, donde el poder  se centro durante algunos años en una sola persona y tuvo que venir Lázaro Cárdenas para eliminar ese “máximato” creado.

Por tanto Claudias Sheinbaum, quien durante muchos años a venerado la figura de Lázaro Cárdenas, dará la espalda a esa ideología  para dar paso a la veneración de un caudillo.

Esto también muestra que nuestra democracia dará un paso hacia atrás y volveremos al partido omnipotente de una sola persona, porque tener la mayoría no significa tener la razón absoluta.

Pese a ello,  quien ostenta el poder muestra que  no quiere dejarlo y por ello  realzo todo un “gran show” para elegir a quien  pudiera sucederlo. También para garantizar la mayoría en el poder legislativo y con ello, poder doblegar al poder Judicial.

La crítica de López Obrador al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, por hacer un estudio sobre la reforma, es la ratificación de que no está dispuesto a debatir profundamente un tema de enorme relevancia para el destino del país.

Con el aval de la “ciudadanía” para que haya una reforma al Poder Judicial el camino se allana, pero insisto no puede cambiarse las cosas de manera unilateral solo para beneficiar a quien lo propone  y no escucha a quienes, por experiencia, académica y profesional pueden  adecuarla para que todos los mexicanos seamos quienes no beneficiemos  con estos cambios.