Por Víctor Barrera
En los próximos días, del 4 al 13 de abril, l habrán de ocurrir dos hechos que marcarán, de alguna manera, el futuro de López Obrador, su partido político Morena y sus aliados PT y PVEM, y por supuesto también el futuro de México en lo que resta del sexenio.
El 5 de abril la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), resolverá si las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica son o no inconstitucionales.
La ministra ponente será Loretta Ortiz Ahlf, que era diputada del PT cuando se llevó a cabo la reforma original, en 2013, en la LXII Legislatura.
De acuerdo a los reglamentos de la SCJN, se requiere una mayoría calificada para considerar una decisión legislativa de inconstitucional, de tal forma que son necesarios ocho de los 11 votos para que las reformas se impidan.
Si hacemos cuentas, para que el proyecto que Loretta Ortiz presentará sea aprobado necesita el acompañamiento de por lo menos tres votos más y con ello se aprobaran las reformas.
Sin duda votos de los otros dos ministros serán los que fueron nombrados por López Obrador y por supuesto el del presidente de la Corte. Si es así, tendremos leyes francamente contrarias a la Constitución, pero validadas por la Corte.
Sin embargo, aun cuando en nuestras leyes los amparos y suspensiones interpuestos perderán sustento, no estaremos exentos a controversias en tribunales internacionales que en el mediano y largo plazo serán serios problemas.
Las empresas que han invertido en energía apelarán a los acuerdos comerciales y a los convenios de arbitraje, y les tendremos que pagar cantidades considerables como compensación por haber cambiado las reglas conforme a las cuales invirtieron.
Si,por el contrario, la SCJN determina inconstitucionales las reformas, posiblemente la reacción de López Obrador no será de conformidad sino todo lo contrario.
Ahora si en la cámara de diputados, luego de que este 4 de abril se presente y distribuya el dictamen de la iniciativa de reforma al sector eléctrico y días después en la sesión plenaria del 13 de abril no logra la mayoría calificada, se desechará la reforma lo que será otra raya al enojo de López Obrador.
Otro evento importante para el político tabasqueño será la Consulta ciudadana sobre Revocación de Mandato que se realizará el siguiente domingo, 10 de abril.
Si la maquinaria de Morena y sus aliados no logran movilizar al número de ciudadanos para conseguir que el resultado sea vinculante, se necesitan 37 millones votos a favor de la continuad de López Obrador al frente del poder Ejecutivo, la consulta será un verdadero fracaso
Muchos analistas políticos han señalado que no se espera más de 9 millones de ciudadanos que acudirán a las casillas, lo que hace previsible el fracaso y por supuesto el enojo de López Obrador.
La reacción clara del tabasqueño se convertirá en presión a los diputados federales para no solo conseguir la aprobación de la reforma eléctrica, sino también a la aprobación vía “fast track” de su propuesta que reforma electoral que presentará AMLO el 11 de abril.
Donde propone que los consejeros electorales y ministros del Tribunal electoral sean elegidos por el pueblo, además de la desaparición de los diputados plurinominales, Es seguro que no lograra la mayoría y será rechazada.
Por lo tanto, el enojo será mayor y los últimos meses de la administración de federal de López Obrador, estará encaminada a imponer su voluntad para la continuidad de su proyecto y esto podría convertirse en mayor división social en el país, bajo el precepto de divide y vencerás, la inseguridad rebasará limites in imaginados, porque el miedo hace pasiva a la gente y la pobreza se incrementará.