Por Víctor Barrera
Ayer toque el tema de la posibilidad de entrar en una situación de crisis económica-financiera en los primeros meses de la nueva administración federal. Algo que habíamos dejado de lado en los primeros 20 años de este sexenio, por la creación de Fondos y fideicomisos de servían para evitar esa situación.
Sin embargo, esto lo esta anticipando también Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público en el documento de Precriterios de Política Económica para el próximo año así como lo que espera sea el cierre de este.
De acuerdo a este documento, para este 2024 México podría alcanzar un crecimiento económico, es decir del Producto
Interno Bruto de entre 2.5 y 3.5 por ciento, algo que sería positivo para que al termino de este sexenio el crecimiento promedio obtuviera un punto porcentual.
También se señala que el nivel de inflación se ubicara en 3.8 por ciento, que aun queda alejado del tan anhelado 3 por ciento
Mientras que el tipo de cambio se ubicaría en 17.80 pesos por dólar, esta ultima variable prevé una depreciación de nuestra moneda a medida que se acerca el proceso electoral en el país, lo que permite comparado con el tipo de cambio actual que se ubica alrededor de los 16.60 pesos un margen considerable de 1.20 pesos. De darse estos resultados podríamos pensar que solventamos la sombra de esa crisis económica-financiera.
Pero lo que realmente no debe preocupar, son los otros datos, como el incremento del déficit fiscal que dejará esta administración, que se ubicara en el rango de 5.4 por ciento por encima del 4.9 por ciento estimado para este año, derivado esto de un mayor gasto presupuestal, debido a que se aplicaran más recursos a las obras insignia como Dos Bocas y el Tren Maya, para acelerar su conclusión, a esto se suma una mayor trasferencia de recursos públicos para Pemex para seguir manteniendo su respiración artificial financiera.
Esto pondría a la deuda pública en niveles de 50.2 por ciento, por encima de 48.8 por ciento aprobado por el Congreso de Unión, principalmente de los empleados del inquilino de Palacio Nacional, algo que sin lugar a dudas pondría en peligro la calificación de grado de inversión de la deuda soberana. En pocas palabras México se presentaría como un país insolvente para hacer frente a su deuda.
Todo esto nos pone en claro que la supuesta política pública de “austeridad y ahorro”, solo quedo en palabra y no en hechos., porque el inquilino de Palacio Nacional decidió utilizar esos fondos y fideicomisos, creados para mantener una estabilidad financiera, en sus obras insignia y en subsidiar a Pemex y CFE.
Dejando como resultados una Administración Pública Federal inoperante que deberá buscar, de alguna forma, allegarse de recursos para hacerle frente a los “programas sociales” existentes, y por supuesto esto aumentara la cantidad de la deuda pública.
Ante esto, Ramírez de la O. también ofreció una solución, que será menor gasto público, que disminuirá la productividad, del país, y con ello para el 2025, solo obtendremos un crecimiento económico del PIB de entre el 2 y muy optimista un 3 por ciento.
Estas cifras implican que el gobierno tendrá que ajustar el gasto público, y por supuesto, repito, el gobierno estaría prácticamente paralizado el próximo año,
La realidad no muestra que es que el próximo gobierno tendrá un panorama con finanzas colgadas de alfileres y que cualquier mal manejo nos llevara a una crisis económica como producto de la irresponsabilidad fiscal del actual gobierno. Que no genero riqueza pero si hizo un uso indiscriminado de los recursos públicos para sus obras insignias y por supuesto garantizar el voto a su favor, comprando con programas sociales, la conciencia de muchos mexicanos