Por Víctor  Barrera

El inquilino de Palacio Nacional y sus aplaudidores, no se cansan de manifestar  que el súper peso es una consecuencia de las acciones de  este gobierno. Algo que no es precisamente eso.

El súper peso tiene esta fortaleza principalmente derivado de las tasas de interés que se otorgan  para inversionistas en papeles que emite el Banco de México.

Esta fortaleza entonces pone en riesgo a la economía nacional y una depreciación acelerada en el tipo cambio de gobierno  provocaría una crisis financiera que, supuesto, golpearía la economía  familiar de los pobres.

El súper peso además empieza a dañar las exportaciones mexicanas, simplemente porque  son más caras, esto significa que  el nivel de estas exportaciones  se ha ido disminuyendo. Además  las importaciones, que son  más baratas, empiezan a incrementarse, y esto  va en deterioro de los productos mexicanos y su consumo dentro de México.

Otro triunfo que colocan los morenistas es que el nivel de remesas  se ha incrementado, pero la realidad es que una gran parte de ella es enviada por  mexicanos que en estos cinco años no encontraron un empleo  con el salario suficiente para mantener a su familia o algunos otros que se dedicaban a cuestiones agropecuarias vieron disminuir sus ingresos por  la cantidad de importaciones al país. De tal forma que estos mexicanos decidieron ir Estados Unidos  a encontrar ese empleo con recursos suficientes para mandar a sus familiares, El problema es que sus familiares en México al  cambiar sus dólares de las remesas reciben menos dinero, por la fortaleza del peso.

Además otra gran parte de estas remesas, se sospecha que son envíos, para “lavar”  dinero, que  para  evitar sospechas se inyectan en pequeñas cantidades  en varias cuentas. Esta formula  es conocida por los morenistas.

Entonces estas consecuencias negativas no pueden celebrase con un supuesto peso  fortachón. Esto se debe  presumir cuando las exportaciones  son las que respaldan la apreciación de nuestra moneda, cuando las finanzas públicas se manejan de manera adecuada y cuando  todos los mexicanos tienen un empleo con  salario excelente que   aumenta el consumo nacional.

Hay otro sector que ha sido dañado por el peso fortachón, y es el turístico, porque  cuesta más caro  a los mexicanos salir de vacaciones o de viaje placentero, porque los precios estad elevados y se gasta mucho más. Para turistas extranjeros se debe sumar  los altos niveles de inseguridad que inhiben su ingreso a nuestro país.

Sobre la inversión ocurre los mismo que al sector turístico, invertir en México sale muy caro además no hay certidumbre de un estado de derecho por parte de gobierno federal, ni tampoco la garantía de que no serán, los inversionistas, asaltados en sus empresas, hogares o personas, o recuestados para pedir algún rescate o simplemente  que no serán molestados para evitar el  cobro de piso o el moche para mantener abiertas sus empresas

Tan solo con estos puntos se puede confirmar que este fortalecimiento  de nuestra moneda se debe más a las tasas de interés que se otorgan por los papeles mexicanos que aun buen desempeño de una administración federal. Por tanto el inquilino de Palacio  Nacional sigue mintiendo a los mexicanos y sus aplaudidores quedan como ignorantes.