El cacao en México está ligado a los orígenes del país por lo tanto es parte de nuestra cultura y por supuesto de nuestra gastronomía, principalmente en bebidas.
Macondo, un negocio familiar ubicado en Teotihuacán y donde se expenden bebidas que tienen como base esta semilla, mantiene vivas las bebidas que tomaban nuestros antepasados y combina con otras que consagran alcazo como un alimento que vivo y que prevalece en la cocina mexicana.
Fernando Rodríguez, fundador de Macondo, se ha convertido en investigador, historiador y por supuesto expositor de bebidas que mantiene las raíces culturales como el chiliate de Guerrero, el quetzalpapalolt, atlaquetzalli, texochitl y el tascalate de Chiapas.
Por ello ha recorrido el sureste del país donde las bebidas se hacen con cacao como son Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz, Michoacán y San Luis Potosí.
Rodríguez cuenta que siempre busca utilizar diferentes ingredientes crecidos en territorio mexicano, tales como la pimienta, canela, pericón, semilla de achiote, maíz y pétalos de flores, para lograr una orquesta de sabores precolombinos que tengan un sentido de actualidad e identidad teotihuacana.
“Nuestra chocolatería busca difundir la existencia de bebidas a base de cacao no solo en el Valle de Teotihuacán, sino en distintos estados de México. Al hacer énfasis en el conocimiento de diversas variedades de cacao, las leyendas alrededor de este recurso y sus diferentes maneras de prepararse hacen que la tradición se mantenga vigente”, afirma Rodríguez.
Rodríguez afirma que el mestizaje gastronómico es el punto clave para la creación de la cocina mexicana tal como la conocemos: desde la integración de ingredientes y preparaciones de distintos países y continentes, hasta las técnicas culinarias y las historias que cuentan nuestros ancestros, y su combinación con nuestra ideología y riqueza cultural indígena.
Detrás de las bebidas místicas Alejandra Rodríguez una de las personas encargadas en preparar las distintas bebidas que se ofrecen en Chocolate Macondo afirma que es una satisfacción realizar las bebidas para el gusto de la gente pero sobre todo dándole el respeto al uso del cacao.
“El cacao es un alimento muy noble para trabajar, debido a su versatilidad. Se puede mezclar lo mismo con maíz, miel, flores, especias, azúcar, agua o leche, siempre y cuando se le dé el respeto que merece.”
Asegura que es importante mantener la tradición de estas bebidas porque nos dan identidad y universalidad.
También aluden a la importa de su difusión, ya que las nuevas generaciones tienen que probar el legado no solo de estas bebidas, sino de la cocina mexicana en general.
“Nos gusta transmitir todo ese gusto, amor y pasión en las bebidas”, asegura.