Por Víctor Barrera
Con la intención de ganar votos para los comicios del próximo mes de junio, el inquilino de Palacio Nacional se prepara para enviar al Poder Legislativo iniciativas de reforma, donde la mayoría la constituye sus empelados, es decir, legisladores del Morena, PT y PVEM y que sin analizar a profundidad las incisivas del tabasqueño las aprueban, para reformar que permitan un salario mínimo que se amarre a la inflación y con ello el porcentaje que se tenga al final de cada año en inflación, sea el mismo que se incremente al salario mínimo.
Esto aun cuando no sea una ley escrita, por lo menos se cumple desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, en las negociaciones que se hacen dentro de Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) cada año
Pero ahora lo quiere hacer mas visible y con ello hacer pensar a los trabajadores que el tabasqueño es el único que piensa en su bienestar, cuando los recurso saldrán directamente del sector empresarial, de los fifí, aquellos que detesta el originario de Macuspana
Lo que no reconoce es que para hacer realidad esto, se necesita crear riqueza, que los empresarios tengan una producción suficiente y de la calidad para poder vender no solo en el país, sino en el exterior, Es decir, que los productos mexicanos y los insumos de las cadenas productivas sean de calidad competitiva, y para ello se necesita tener las condiciones suficientes en infraestructura y servicios para expandir las plantas productivas, algo que en este sexenio fue casi nulo.
Otra reforma que enviará el tabasqueño será en pensiones, con el objetivo de revocar la realizada en el sexenio de Ernesto Zedillo, donde se estableció que las pensiones se darán respecto monto que cada trabajador allá alcanzado a aportar en su Afore. Esta medida pretendió hacer que los trabajadores, además de la aportación que se hacia por su trabajo, pudieran establecer otro tanto de manera particular a sus afores para alcanzar una suma importante y con ello lograr una pensión mas o menos considerable. Es cierto que no alcanzarían el 100 por ciento de su último salario, pero tendrían una pensión basado en su hábito del ahorro.
Recordemos que antes de esta reforma, la de 1997, los trabajadores podrían pensionarse hasta con el 70 por ciento de su salario, es decir nunca se logro el ciento por ciento.
Para alcanzar el ciento por ciento del salario, es necesario establecer una estructura suficiente para que la base laboral pueda aportar esos recursos y mantener un margen suficiente para no romper esa cadena.
En una sociedad donde hay más personas adultas que jóvenes, en 20 años las aportaciones serán menores y la demanda de pensiones será mayor, por tanto no alcanzarán los recursos y regresaremos a los problemas que se tenían hasta antes de 1997, donde podría colapsarse el sistema de pensiones.
Algo que no recuerda el tabasqueño es que en su sexenio, en el 2020, se realizo un reforma positiva en materia de pensiones, lo que permitía alcanzar una pensión de alrededor del 60 por ciento del salario, insuficiente, pero también existía la posibilidad que cada trabajador aportara de manera voluntaria recursos para aumentar el monto de sus ahorros.
Algunos beneficios de esta reforma, acordada y firmada por el sector empresarial, son que el trabajador podrá pensionarse con 750 semanas trabajadas, que irán subiendo año con año, hasta llegar mil para 2031.
La aportación obligatoria pasará de 6.5% a 15% del salario cotizado (el patrón pondrá 13.875%, el trabajador 1.125%, y la cuota social del gobierno para alcanzar 15% del salario). Con la mayor aportación, ahora sí los trabajadores podrán pensionarse con, al menos, un 60% de su salario. Ya son cuotas de reemplazo que empiezan a ser dignas.
Sin embargo, López Obrador habla de otra reforma de pensiones.
En un país donde no se genera riqueza suficiente y se tiene crecimientos del 3 por ciento en el mejor de los casos, donde el déficit fiscal crecerá en este 2024 por encima del 5 por ciento del PIB y las aportaciones a las afores cada vez son menores debido al numero de trabajadores formales, es casi imposible tener una estructura fuerte de pensiones para los próximos años.
Entonces la pregunta es, se quiere regresar al antiguo sistema de pensiones donde sean organismos del estado quine maneje los ahorros de los trabajadores o que las Afores inyecten dinero a proyectos gubernamentales para incrementar los dividendos de las Afores. Entonces nos damos cuenta que sus palabras solo son para atraer votos, y poder lograr la continuidad de su proyecto, pero no a favor de los trabajadores., o quiere meter mano en los ahorros de los trabajadores, que suman 5 billones de pesos, para poder subsidiar sus obras mientras estas logran ofrecer beneficios económicos para los trabajadores, algo que posiblemente nunca pasar.