Por Víctor Barrera
La reciente información que el Inegi otorga debe ser no solo un documento de lectura sino de análisis que nos permita ver hacia donde va México de continuar un régimen como el actual donde poco se ha hecho para generar riqueza que pueda transformarse en mejor calidad de vida
He anotado en varias veces que México tiene un potencial de crecimiento, el problema es que no se han construido y aplicado verdaderas políticas públicas que lo detonen y que permitan colocar al país en un mejor sitio dentro de las diez economías más importantes del mundo.
El problema radica pues en esa falta de oportunidades para atraer inversiones que originen la creación de empresas, de todos los tamaños para generar no solo cadenas productivas, sino ofrecer empleos con mejores salarios y que estos a su vez se modernicen con la capacidad tecnológica y gente que pueda aplicarlas e innovarlas.
Esto hace que las oportunidades de empleo sea cada vez menores y que la mayoría de la gente tenga que buscar un ingreso para pode solventar las necesidades básicas de su hogar.
Es aquí donde los datos deberían de ocupar al gobierno y a la clase política para evitar el incremento de esto que en el corto plazo se convertirá en un problema social difícil de resolver.
El Inegi informa que en México la economía informal se integra no solo es aquella unidad de trabajo que crea una persona para salir a la calle a ofrecer vendimia, sino también existe otra economía informal que esta dentro de las empresas formales pero que no recibe ningún beneficio con seguridad social y prestaciones sociales, tales como vacaciones, aguinaldo, liquidaciones por despido y otras que registra la ley.
De tal forma que mas de la mitad de los pobladores del país, se encuentra en esta situación, y que por ello no todos alcanzan a observar un mejoramiento en su calidad de vida, sea porque les hace falta la seguridad social o porque sus ingresos son tan bajos que no alcanzan a cubrir el costo de una canasta básica familiar.
Entonces ahí es donde un se cuestiona ¿porque si México cuenta con esa potencialidad de crecimiento, no se han aplicado esas políticas publicas que la detonen a favor de la población? Y la respuesta es simple, porque quienes detentan el poder, no quieren que se mejore la calidad de vida, porque entonces tendrían que rendir cuentas del uso que se hace de los recursos públicos, tema que causa escozor a toda la clase política, sea del color que sea.
Esto, aunque no lo quiera entender esa clase política, va en contra a su oportunidad de mantener se en un sitio de confort, porque al no crear riqueza, la necesidades poblacionales también aumentan, porque no se cubren en su totalidad los servicios que esta obligado en Estado a ofrecer a la gente, lo que causa descontento y por supuesto un cambio de régimen cada seis años, como lo hemos visto en gran parte de este casi primer cuarto del nuevo siglo.
Esa falta de crecimiento incrementa la brecha de riqueza entre la población, es decir se sigue incrementando el numero de pobres y estos demandan mejoras en su calidad de vida y de no ser atendidas el pago de esta factura e refleja en los comicios, a través del voto.
Provocando con ello que México se siga reinventando cada seis años. Algo que no beneficia a la población en general.
Por ello ahora, tenemos otra oportunidad de manifestarnos para exigir se cumpla con la labor que se encomienda a quien a sume la titularidad del Poder Ejecutivo, que es trabajar para todos y no para una sola parte de la población. Aquella que le aplaude todo lo que hace sin chistar.
Empezaron las pre campañas, tiempo en dar a conocer a los militantes de los partidos que acompañan a las candidatas y candidato, cual sería su proyecto de trabajo para México en los próximos seis años.
Sin embargo ninguno de los tres ha dejado entrever este, simplemente contemplan la narrativa de una continuidad, o un cambio, algo que sigue siendo intangible para la gente.
Alguien dirá que no es tiempo, y yo le respondería que la ley permite hablar a sus militantes y simpatizantes no de sus políticas publicas a realizar, pero si a convencerlos de porque debe acompañar a la candidata o candidato al triunfo en junio del 2024.
Nuestra clase política sigue enterrada en las viejas practicas y no quiere salir de ese lugar de confort, es necesario hacerlo si en verdad quieren cambiar al país y llevarlo por el rumbo adecuado.