Por Víctor Barrera
Es muy probable que los accionistas de la empresa Iberdrola estén riéndose a carcajadas ante la acción de Andrés Manuel López Obrador, quien compro sus 13 plantas establecidas en México, para aumentar la generación de electricidad. Pensó que con el solo hecho de que estas plantas fueran manejadas por la Comisión Federal de Electricidad que dirige, Manuel Bartlett Díaz, se aumentaría de facto la cantidad de electricidad en el país.
Ni un niño podría haber pensado tal cosa, porque Iberdrola utilizaba estas plantas para generar electricidad y vendérselas al estado mexicano, es decir entre más electricidad generaba más era su ganancia, y como al tabasqueño, piensa él, que no hay nadie que lo engañe, le compro esas plantas y con ello, ahorrar en generación de electricidad.
La compra de estas plantas, un triunfo de López Obrador, fue por 6 mil millones de dólares, dinero que bien pudo ocuparse para otros fines, pero el de Macuspana y sus empleados en el Congreso de la Unión, sus militantes y simpatizantes de Morena, aplaudieron la acción, porque nuevamente México tendría de manera exclusiva la generación de electricidad.
No importaba el costo de compra, porque el fin era sacar a esa empresa española de México, porque López Obrador la había convertido en su “enemiga”, por ser simplemente de España, no se entienda esto como discriminación, era solo un odio de López Obrador.
El resultado de ello, fue que no se incremento la generación de electricidad, tampoco se pudo disminuir el costo de este energético para los hogares y se continúo subsidiando el precio, con el dinero de todos los mexicanos.
Ante esto y la exigencia de los inversionistas extranjeros de que para establecer sus empresas en el país, necesitar que la electricidad sea revocable y no contamínate, por ello ahora se deberá cambiar en los próximos años la manera de generar electricidad.
Una de las formas es precisamente utilizar el viento y agua representando un giro importante en la política energética que esta administración ha utilizado durante su gobierno.
Ahora se buscará la utilización de hidrógeno verde, pero en México, hasta ahora no hay una empresa nacional que cuente con las condiciones tecnológicas para ello, mucho menos la CFE. La solución para ello viene de Dinamarca, y no es el sistema de salud, sino del fondo Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), que invertirá 10 mil millones de dólares para producir hidrógeno verde en Oaxaca, al quedarse con uno de los diez polos de desarrollo del Corredor Interoceánico.
Pero también vendrán otros 6 mil millones de euros de parte de Iberdrola en una planta solar fotovoltaica que se instalará en Nuevo León, para abastecer principalmente a la empresa Tesla.
Es por ello que la carcajadas de los españoles se oyen hasta México, porque el mismo gobierno les abrió las puertas al comprar plantas generadoras de electricidad sin quema de combustibles y permitir que tengan a un comprador como Tesla de sus plantas solares.
Negocio redondo para los españoles, no para México.
Otra muestra de lo mal que se utilizaron los recursos de todos los mexicanos, es que las refinerías de gasolinas también tendrán que ir cambiando su proceso, por tanto, la compra de la refinería en Deer Park y la construcción de la refinería Dos bocas en Tabasco, representan un gasto bastante onerosos y de poca utilidad.
Así es como se utilizan nuestros recursos, gastando miles de millones de pesos en algo que no genera utilidad y que pronto caducará.