Por Víctor Barrera
De poco sirve a los mexicanos que el crecimiento económico de este año sea de 3.3 o 3.5 por ciento, si el nivel de inflación será de alrededor del 4.25, por ciento, cifras que en una lógica simple, significa que el precio de los productos, en promedio, se mantendrá más elevado que el poder adquisitivo de los mexicanos.
Por tanto este año, al igual que los anteriores, la calidad de vida de los mexicanos nada fue mejorada, pese que se insista en lo contrario de parte del gobierno federal.
Esto también ofrece otra lectura, que este sexenio fue totalmente perdido y que la llamada Cuarta Transformación, no sea dio como insisten en señalar quienes aun creen en ella, al manifestar que se han puesto las bases para esa transformación.
Porque tampoco de nada servirá la continuidad, si esta es a pie puntillas será similar a la que estamos viviendo, y de ser así solo nos adelantan que tampoco en los próximos seis años se mejorará la calidad de vida.
Es importante destacar las señalase que ha mandado el Banco de México al mantear las tasas de interés altas, que significan que en la primera mitad del próximo año el nivel de inflación seguirá por encima de las estimaciones de crecimiento económico.
Estas señales se basan principalmente en el Paquete Económico aprobado por el Congreso de la Unión, donde se permitió un endeudamiento, que en términos reales, representa el 5 por ciento del Producto Interno Bruto.
Y para poder pagar la deuda histórica acumulada por este gobierno, será necesario que la próxima administración tome junto con su titular de hacienda medidas para evitar que todo el gasto de esta deuda se utilice solo en programas sociales o para pagar la conclusión de las obras de esta administración, que aun cuando sean inauguradas, faltara mucha infraestructura para hacerlas accesibles y por supuesto un subsidio para mantenerlas en funcionamiento.
Esto por supuesto impactara en el gasto de gobierno y tendrá que haber recortes de presupuesto en algunas áreas o para evitar todo ello se tendrá que realizar una reforma fiscal, con el objetivo de incrementar la cantidad de recaudación o el padrón de personas que pagan impuestos.
El primero será doloroso para gente, que ya paga impuestos porque la única salida es subir las tasas de impuestos establecidos o crear nuevos impuestos. Pero hay otra salida, sumar al pago de impuestos a la informalidad, que en este sexenio creció exponencialmente, anta la falta de políticas publicas para fomentar la creación de empresas y empleos regulares. Esta medida se convertirá en una serie de marchas, mítines formas que utilizara la gente para evitar ser castigados con el pago de impuestos.
Cualquiera que sea la medida tomada, al final de cuentas quien deberá pagar por ello, será la población en general, pero las personas pobres serán las que lamentablemente sentirán un impacto mayor.
De tal forma que la realidad será bastante difícil para los mexicanos, ante las acciones tomadas por la presente administración y sus empleados en el Congreso de la Unión, que con tal de tener feliz su “jefe”, y mantener un puesto publico, aprobaron todas sus ocurrencias y caprichos.