Por Víctor Barrera

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sigue mostrando miedo de perder los comicios del 2024, es decir, perder la presidencia de la república y la mayoría en el Congreso de la Unión, algo que de cumplirse,  lo pondría en la palestra para ser el primer ex presidente  enjuiciado por el mal uso que ha hecho de los recursos de todos los mexicanos.

Esto lo ha hecho a través de sus empleados, los diputados federales de Morena, PT y PVEM,  quienes sin analizar las prioridades que enfrenta el país, aprobaron un presupuesto de 9 billones 60 mil millones de pesos que servirá en su mayor parte  para concluir las obras  “capricho” del tabasqueño, cuando  se necesitan recursos para la recuperación de Acapulco y los municipios aledaños que lamentablemente fueros arrasados por el huracán Otis.

En un gobierno que se dice trabaja “primero para los pobres”, no se ve la voluntad de ello,  y por lo menos en los  otros dos órdenes de gobierno tampoco existe esa voluntad, pese a que ambos, el estatal y municipal son emanados  de Morena.

Entendemos el  miedo de López Obrador porque la insatisfacción y la decepción ante este gobierno, sigue en aumento y de salir a votar toda esa gente que se siete engañada los comicios sería el inicio del fin de Morena.

Recordemos que hay varias  maneras para que un gobierno, autoritario como el actual,  procura frenar a sus opositores y a las instituciones que le hacen contrapeso, a través de recortar sus recursos económicos al grado de hacerlos inoperantes.

Este gobierno que se dice democrático, ha ordenado recortar los recursos a esos órganos que de alguna manera puedan impedir la continuidad de su proyecto, como son el Instituto Nacional Electoral (IN) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF), quienes deberán organizar, calificar y en su caso determinar con la ley  quine gana los comicios  del 2024.

Si en verdad se llama democrático o defensor de la democracia, se debe aprobar el presupuesto suficiente para que estos órganos  trabajen de manera eficiente, que existan las suficientes casillas para que la gente acuda a votar de manera libre.

Sin embargo,  todo indica que  se aplicaran  recorte a estos órganos algo que mermara en su operación. Al INE se aplica una reducción de de cinco mil 003 millones de pesos, tres mil 568 millones para una eventual consulta popular y mil 434 millones de pesos para el resto de su operación, incluido lo que requiere para la organización de las elecciones en curso. Al Tribunal Electoral Federal (TEPJF) se aplicará  un ajuste de 767 millones de pesos en un año en el que las actividades jurisdiccionales seguramente se incrementarán tanto en número como en complejidad.

Estos recortes, que para los legisladores de Morena, PT y PVEM, son necesarios, no han dados las razones legales para hacerlo.

A esto debemos sumar que desde la semana pasada la Sala Superior del TEPJF quedó integrada por cinco miembros al concluir su gestión dos magistrados, Indalfer Infante y José Luis Vargas, por lo que el senado deberá nombrar a sus sustitutos, ara que  esta sala pueda operar, algo que se ve distante. Debo subrayar que el Tribunal tiene entre sus atribuciones la calificación de las elecciones federales, incluido el dictamen de cómputo de los votos y la declaración de validez de la elección presidencial.

Aunque existen los mecanismos jurídicos para al interior del Tribunal se pueda cumplir con sus obligaciones, no debe ser esto, cuando  existe la cantidad suficiente de recursos para hacer que la democracia y la justicia  transcurra en el país sin ningún dejo de duda.

El Senado de la república, es el encargado de nombrar a estos magistrados, posiblemente esto tardará, debido al “cargado” trabajo que tiene, porque aun existen otros órganos autónomos que  trabajan  incompletos y deberán los senadores  nombrar a las personas que los competen.

La cuestión es debilitar al Poder Judicial como se ha hecho con los órganos autónomos. Algo que López Obrador ha hecho a lo largo de su administración.

Ahora se deberá esperar también un pronunciamiento de parte de la candidata virtual a la presidencia del a república de  Morena y partidos aliados, Claudia Sheinbaum, si quiere que su triunfo, en caso de obtenerlo,  sea bajo la sospecha o que los comicios se realicen  bajo todas las normas y reglas legales que eviten esas sospechas.

El próximo movimiento para ello depende de López Obrador, ser un demócrata o seguir siendo un autoritario.