Por Víctor Barrera
En esta semana dos temas serán analizados y discutidos en el senado de la republica, de resolución que salga en cada uno de ellos, se verá el presente y futuro a corto plazo de nuestros país.
En ambos temas se deduce que la resolución tomada por los senadores será la decisión de la mayoría, es decir los senadores de Morena, PVEM y PT, que sin duda votarán a favor de la desaparición obedeciendo “a ciegas” a su jefe máximo, sin reparar en el daño que se hace a la población en general, permitiendo que el poder Ejecutivo pueda intervenir en la autonomía de los órganos, de un poder de la nación y de los sindicatos de los trabajadores.
El segundo es la aprobación de la Ley de Ingresos, donde el punto mas importante es el acceder a que el gobierno federal pueda incrementar el porcentaje de su déficit, es decir, pueda endeudarse con un techo de 2 billones de pesos, algo insólito en una administración que durante cinco años proclamo la austeridad y el ahorro como sus ejes principales.
Ambos temas, aunque parecen distantes, confluyen en el uso de los recursos públicos y privados a favor de los “caprichos” de quine jabita el Palacio Nacional.
Los senadores de la republica, que deberían obedecer al mandato de la ciudadanía y no a la de un solo hombre, podrían en un serio riesgo financiero al país durante el próximo año y los años por venir por el incremento de la deuda, que tendremos que pagar todos los mexicanos.
Lo que obligaría a la próxima administración a buscar obtener mayores recursos para no solo pagar la cuenta corriente de cada año sino establecer politicaza públicas encaminadas a crear riqueza y verdadero crecimiento económico de México.
Los focos amarillos ante esta posibilidad, viene de diferentes puntos principalmente de los organismos internacionales y de los nacionales que han puesto la atención ante una descabellada idea de utilizar una mayor cantidad de recursos solamente para concluir con las obras de esta administración que, no otorgan una utilidad publica a los mexicanos, en por lo menos los próximos 20 años.
México no puede endeudarse cuando aun no se ha estabilizado financieramente y los crecimientos económicos en promedio indican que este sexenio terminara con un promedio de 1 por ciento, que implica una baja si se compara con los crecimientos “mediocres” de la pasad administración con un promedio del 2 por ciento.
Tampoco podemos aprobar que, se utilice la deuda para cubrir los gastos a programas sociales, que han sido utilizados más por objetivos electorales que para sacar a la gente de la pobreza.
Nuestros senadores deberán tomar la responsabilidad de no aprobar ese endeudamiento y ceñirse únicamente con los ingreso que el gobierno reciba por el pago de impuestos y por las inversiones que logre captar, aprovechando la cercanía con la economía mas importante del mundo.
Porque ante el panorama se vive actualmente, la posibilidad de que se origine una desaceleración económica mundial esta más presente que nunca y México no tiene políticas publicas capaces de fortalecer y manutener a los sectores productivos.
Los senadores no deben despreciar esta oportunidad de corregir el rumbo que llevaría a México en el corto plazo a una crisis financiera y económica, que sea de paso dicho, no veíamos desde el inicio de este siglo.