Por Víctor Barrera
En el sentir de millones de mexicanos existe una desilusión ante un gobierno que no hizo absolutamente nada para mejorar la calidad de vida de los mexicanos y erradicar los problemas que durante muchos años aquejan al país.
El inquilino de Palacio Nacional, solo se dedico a vivir de los mexicanos y no para los mexicanos. Utilizó los recursos públicos como su cartera personal y construyó obras que tardaran muchos años para otorgar beneficios a la población.
Prometió regresar al ejército a sus cuarteles, pero simplemente hizo todo lo contrario convirtiéndolos en policías y no en garantes de paz social y salvaguardas del territorio nacional.
Aseguraba que no militarizaría al país y entrego al ejército no solo la seguridad publica, sino lo doto de poder económico y administrativo con el Tren Maya, el AIFA y la creación de una línea aérea comercial, a demás de la administración de aduanas, puertos y aeropuertos. Desviando su función principal y con ello abrirle la puerta a organizaciones criminales. Que dominan una tercera parte del país.
El ejército se convirtió, en policía y esto fue adoptado por los gobiernos de los Estados donde la seguridad pública esta a cargo de militares en retiro o en funciones con permisos. Dando los resultados que hasta ahora observamos con más de 167 mil homicidios, y cerca de un millón de personas desparecidas, de acuerdo a cifras del mismo gobierno federal, quien a su vez señala que no son datos precisos. El problema no son los datos sino la gran cantidad de muertos y personas desparecidas que superan a las anteriores administraciones que tanto crítico el tabasqueño.
Este gobierno federal se convirtió en la gran farsa y ahora pretende cobrar su apoyo a todos los mexicanos que reciben “programas sociales”, cuando es la obligación de cualquier estado ofrecer una mejor calidad de vida a sus pobladores.
Esta farsa cobrará factura a la próxima administración federal, del color que sea, y quizás los mexicanos tendremos que pagar “los platos rotos” por cerca de 20 o 30 años.
Porque su farsa de no “endeudar al país” no podrá sostenerla, debido al despilfarro de recursos públicos que ha realizado durante estos cinco años y que muy probablemente concluyan con el broche de oro de un incremento importante de deuda ante la aprobación eminente que los empleados de López Obrador realizarán en el Congreso de la Unión.
El originario de macuspana manifestó que trabajaría para los más pobres, que significa ayudarlos no solo con otorgarles dinero, que es solo la compra de votos, sino que este trabajo redundaría en otorgar mejores herramientas para la superación de la pobreza. Es decir otorgar una mejor educación, con una sistema educativo alejado de cualquier ideología y más enfocado en el conocimiento y capacitación profesional. El resultado fue la eliminación total de un sistema de salud, que obliga a los que menos tienen a gastar más de la mitad de sus ingresos en procurar su salud y medicamentos, eliminación de un sistema educativo para implementar una ideología tergiversada y sin sentido, con poca vigilancia de la creación de los libres de texto para la educación primaria.
Debilito sistemas de producción a través de reducir sus presupuestos, como en el sector primario, agropecuario o reduciendo inyección de capitales para la infraestructura o mejoramiento de servicios además de presionar en materia de impuestos a los sectores industrial, comercio, turismo y servicios, quines originan mas del 75 por ciento de empleos en el país. Dejando un incremento del desempleo y del comercio informal. Y por supuesto un alto índice de emigración hacia Estados unidos en busca de alcanzar el “sureño americano” enviar remesas a sus familiares y que puedan sobrevivir la administración federal en turno.
En términos democráticos se ha ns8ucado eliminar la democracia que hasta ahora nos había permitido decirle a los malas administraciones federales que no se les permitiría su continuidad, Ahora la democracia será a través de la decisión de una sola persona, como aquella que tanto critico el tabasqueño. Se trata de terminar con la modernización de México y reemplazarla por una sociedad tradicional en la que cada uno acepte el lugar que le ha tocado, y se subordine a quienes nacieron para gobernarlos.
Lamentablemente hay todavía mucha gente que prefiere este autoritarismo. Prefieren vender su libertad por “apoyos sociales” y sus posibilidades de un mayor crecimiento del país por regresar a una inmovilidad social que no garantiza una libertad plena y si una atadura a régimen donde pocos tienen mucho riquezas y muchos viven en pobreza.
Afortunadamente los comicios del 2024 no da la oportunidad, aun de salir a votar y elegir entre la continuidad perpetua o buscar un nuevo régimen que nos lleve a una mejor calidad de vida.
Con un país democrático, competitivo, de mercado y basado en la ciencia y el conocimiento y no en un autoritario, que busca seguir en el poder a través de sus marionetas.