Por Víctor Barrera
México podría cerrar este 2023 con un crecimiento por encima del 3 por ciento, que sin embargo sigue siendo insuficiente si observamos que nuestro país tiene lo suficiente para crecer con tasas por encima del 5 por ciento. Pero esto no se ha dado en los últimos años por que no existe la gobernanza que pueda ser el factor detonante de ello.
De acuerdo a las encuestas levantadas, mes a mes, por el Banco de México entre especialistas económicos del sector privado, hay tres factores que podrían obstaculizar un crecimiento impórtate del país.
Estos factores son las condiciones internas, es decir, la falta de infraestructura para que las empresas puedan ampliarse y crear mayor cantidad de empleos, esta infraestructura no solamente es la construcción de zonas industriales, sino también los servicios que debe otorgar el estado para que las condiciones para producir sean las optimas, estamos hablando de agua y energía eléctrica, ambos factores siguen siendo insuficientes a lo largo y ancho del país.
Las condiciones externas que son aquellos problemas que se generan en el mundo y que impactan en el desarrollo y crecimiento del país, como la invasión realizada por Rusia a Ucrania y que vino a desatar una parálisis global en la producción industrial.
Y el tercer elemento es la gobernanza, es decir las condiciones de seguridad y justicia que ofrecen los gobiernos, federal y estatales, en turno. Este último factor es el que preocupa más a los especialistas quienes apuntan que la inseguridad creciente en el país, mayor cantidad de territorio ocupado por organizaciones criminales, la falta de una aplicación de la justicia, lo que implica un estado de derecho fallido.
Esto explica que el mantener unas finanzas públicas sanas, como las que presume este gobierno, no es un punto para detonar el desarrollo, sino ofrecer seguridad publica y jurídica a los inversionistas que siguen viendo a nuestro país como un territorio de grandes oportunidades, pero ante un Estado de derecho fallido, propiciado por las decisiones del gobierno federal de no respetar acuerdos y establecer un casi monopolio del estado en el sector energético impiden que estos inversionistas apliquen sus capitales en México.
Esto no debe entenderse como que es necesario que el sector energético este en manos privadas, sino que se les permita a las empresas generar su propia energía y la sobrante venderla al estado para llevar este servicio a los poblados, que aun no cuentan con este servicio.
De existir nuevamente esa apertura para la cogeneración de energía, el Estado podría utilizar los re cursos que aplica en ello, para ofrecer la mejora de otros servicios, como el de salud, el mejoramiento ambiental y por ende el cuidado del agua a favor de la población entera del país.
Por eso cuando escuchamos que existe la posibilidad de la continuidad de este régimen, encendemos los focos amarillos, porque el país no podría soportar en el corto plazo mantener crecimientos por debajo del 3 por ciento, principalmente porque en relación al tema de salud, seguirá disminuyendo el sistema de salud, por la falta de recursos de inversión. Esto detonaría también la falta de recursos para soportar el creciente número de pensiones en los próximos años, debido a que la población envejecerá y la población que estará en condiciones para trabajar será menor, lo que implica menor aportación impositiva a las arcas nacionales.
Es el momento de pensar si en verdad queremos seguir teniendo una falta de gobernanza, que no mira al futuro sino solamente el interés presente de una persona.
México requiere nuevamente un cambio y si los mexicanos a través de nuestro voto hemos generado los cambios de regímenes, no permitamos que este régimen que ha tenido más negativos que positivos continúe. Pero la decisión es de cada uno de rostros y usted deberá tomar la que mejor le convenza.