Los mexicanos pagan seis veces más caro el utilizar su tarjeta de crédito para pago de alguna operación o transacción comercial comparado con Europa, lo que constituye una barrera a la competencia, pues las micro, pequeñas y medianas empresas “no pueden asumir el pago de altas comisiones” lo que reduce el número de operaciones que pueden hacerse a través de ese tipo de instrumento financiero.
En México, las comisiones pagadas entre los bancos por la operación del sistema de pagos con tarjeta son de 1.36% en promedio, mientras que en naciones europeas son de apenas 0.2%; es decir, son 6 veces más altas en nuestro país, explicó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
“Estas condiciones contribuyen a la exclusión del sistema financiero de los grupos más vulnerables y las micro, pequeñas y medianas empresas, debido a que no pueden asumir el pago de altas comisiones”, advierte
Asegura que de corregirse esta situación se detonaría un mayor dinamismo en el consumo, incentivaría la formalidad y aumentaría la inclusión financiera en México.
De acuerdo con el documento Panorama Anual de Inclusión Financiera 2022 de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2021 las Terminales Pago de Venta (TPV) que se utilizan para las transacciones con tarjeta, aumentaron 5% en comparación con 2020, es decir ascendieron a 4.3 millones en el país.
Sin embargo, el número de TPV per cápita en México aún es menor al de Brasil y Argentina.
Durante la investigación de este mercado, la Cofece identificó que existe una excesiva concentración en el mercado pues solo sólo existen dos proveedores: E-Global y Prosa.
Además, durante este periodo, se encontraron dos agentes económicos que, derivado de las barreras a la competencia, no habían podido prestar los servicios de Cámara de Compensación a pesar de contar con los permisos correspondientes.
Por ello, la Cofece determinó que no existen condiciones de competencia efectiva en el servicio de procesamiento de pagos con tarjeta proporcionado por las Cámaras de Compensación, debido a que , existe una excesiva concentración en el mercado al sólo existir dos proveedores.
Asimismo el ecosistema regulatorio favorece el status quo en beneficio de las Cámaras de Compensación que ya operan en el mercado, y dificulta la entrada de nuevos competidores.
Las Cámaras de Compensación son propiedad de los propios bancos, quienes a su vez emiten tarjetas o proveen TPV, lo que genera estructuras que podrían facilitar comportamientos anticompetitivos en mercados relacionados.