Por Víctor Barrera

Será la próxima semana cuando se dé a conocer los  nombres de las posibles candidatas a la presidencia de la república de parte de los dos bloques políticos con mayor fuerza de alcanzar el triunfo en los comicios  del 2024.

En la parte oficial, Morena, no cabe duda que será Claudia Sheinbaum, porque ya se gastaron miles de millones de pesos para  tratar de imponer su persona como la  continuidad del proyecto de la 4T, de no hacerlo y elegir a otra “corcholata”, la posibilidad de ganar será aun mas difícil, entonces Morena y sus aliados tendrán que recurrir a su “experiencia” y realizar algunos “trucos” para alcanzar el triunfo, como lo mostrado en los comicios intermedios y los gobiernos estatales  que alcanzaron recientemente.

En la parte del Frente Amplio por México, si la lógica continua, deberá ser Xóchitl Gálvez la elegida y Beatriz Paredes tendrá que reconocer el triunfo de la hidalguense por el bien del Frente.

De tal forma que, las contendientes ahora tendrán que mostrar el proyecto de gobierno para México y cuales son  los objetivos, reales, a corto, mediano y largo plazo.

Ahora le tocará a la ciudadanía analizar de manera detallada a quien se le dará el voto, porque será el futuro próximo para tratar de reorientar el rumbo que hasta ahora ha llevado el país.

Deberán escoger un proyecto que reconsidere  la reconstrucción de México, basado principalmente en la unidad, donde no haya buenos ni malos, sino  mexicanos que quieren  mantener un crecimiento económico de su país  para alcanzar  una mejor calidad de vida.

Si  no se toma una decisión consciente y simplemente la ciudadanía se deja llevar por un voto emocional, los resultados podrían ser  negativos y condenaríamos a México a mantener niveles bajos de crecimiento, con un incremento de la deuda,  por  la falta de amortización, pero también estriamos condenando a  las siguientes generaciones a salir del país en la búsqueda de una mejor calidad de vida.

Insisto,  México es un país con riqueza natural y humana,  lo malo es, que  quien debe administrar estas riquezas, no ha tenido una idea clara de que los beneficios deben ser para todos y no solamente para un grupo muy reducido de personas.

La ciudadanía deberá entender que en una democracia, los errores deben corregirse a tiempo, para evitar que los malos resultados perduren, todo esto a través del voto.

Este voto deberá obtener  el verdadero valor para  castigar o premiar a la clase política, sin que las reglas de la democracia se alteren, El problema comienza cuando se trata de manipular la democracia a través del clientelismo y el uso descarado de recursos públicos para ganar votos, quine así lo hace no debe permanecer en su puesto publico.

Necesitamos un México, nuevamente, con organismos autónomos que exijan se realice cualquier acto con recursos públicos de manera transparente, también un Congreso de la Unión, que no sea simplemente un lugar de ocurrencias, y levanta manos sin verdaderamente analizar los pro y contra de sus propuestas o la de los otros poderes.

Por todo ello, debemos reconocer que aun podemos tener beneficios de esta incipiente democracia y por tanto deberemos cuidarla, no permitir que alguien pase sobre ella haciéndonos únicamente espectadores de sus decisiones, porque en la democracia quine verdaderamente  manda es el pueblo y  por ello debe exigir honestidad y transparencia de sus  servidores públicos, sin que estos interpongan  argumentos como “”de seguridad nacional” para  mantener la opacidad de su actos.