Mexicanos Primero realizó un análisis a los libros de texto gratuitos publicados por las autoridades educativas y entre sus hallazgos destaca que son textos complejos que no atienden las necesidades de cada estudiante; se deja a los maestros la responsabilidad de implementar un modelo educativo; contenidos que no contemplan la realidad del sistema educativo, entre otros.
La publicación oficial de los libros de texto gratuito por la Conaliteg, apuntó en un comunicado, omite aun – a la fecha de la publicación de este texto-, la inclusión de libros destinados a preescolar, secundaria, educación indígena y educación especial, es decir, deja fuera a 12.2 millones de estudiantes. Esta omisión resulta en la exclusión de estos estudiantes, aumentando las barreras que enfrentan en su proceso de aprendizaje.
Además, los libros no abordan los desafíos preexistentes relacionados con la inclusión, equidad, logros académicos y riesgo de deserción que niñas, niños y adolescentes enfrentaban, los cuales se intensificaron durante la pandemia y que continúan sin recibir atención. La ausencia de datos y comprensión sobre los niveles de aprendizaje y las áreas de mejora de los estudiantes sugiere que su rendimiento seguirá siendo inferior, lo que tendrá repercusiones negativas en su futuro y en el de sus comunidades.
Los nuevos libros de texto carecen de una ruta clara de aprendizaje acorde al desarrollo cognitivo de cada estudiante. Como ejemplo, el libro de primer grado “Proyectos comunitarios” pide para el apartado “juntos resolvemos problemas” que cada estudiante redacte descripciones de los problemas de su comunidad, así como soluciones, asumiendo que todas las niñas y niños de 6 años saben ya escribir, leer y cuentan con un pensamiento abstracto que a esa edad aún no han desarrollado.
A esto se añade que las y los alumnos de segundo grado de primaria en adelante deberán cambiar abruptamente de modelo educativo una vez que lleguen a las aulas el 28 de agosto, y tendrán que asimilar en el camino que ya no llevan materias sino campos formativos; esto viola el derecho de las niñas y niños a que la educación que reciben sea progresiva, continua y aditiva, y contraviene el propio acuerdo de la SEP que dice que el plan de estudios iniciará con la generación de estudiantes que les corresponda cursar el primer grado de preescolar, el primer grado de primaria y el primer grado de secundaria.
En este, el último ciclo escolar completo bajo el mandato del actual Ejecutivo Federal, la responsabilidad no es menor, pues una generación completa de niñas y niños ha cursado la primaria durante este sexenio acompañada de cambios, incertidumbres y variedad de decisiones. Romper la continuidad pedagógica sin una capacitación docente y una orientación adecuada a las comunidades escolares se queda en un esfuerzo irresponsable e incompleto, concluyó la organización.