Por Víctor Barrera

México se encuentra sumido en un clima de incertidumbre que provoca que muchos mexicanos salgan del país  para buscar mejores oportunidades, laborales, profesionales y empresariales, porque a lo largo de estos más de cinco años de esta administración federal, no se ha podido resolver uno solo de los problemas que aquejan a México.

El inquilino de Palacio Nacional, ha pasado estos cinco años echando la culpa de sus malos resultados a las administraciones anteriores y no reconoce que la responsabilidad para resolver los problemas  es de él,  desde el momento que tomo protesta como el titular del poder Ejecutivo y de nadie más.

El tabasqueño no ha aprendido a ser gobierno, porque no entiende como  realizar este trabajo, el equipo que lo rodea  no puede tampoco realizar  nada, porque puede recibir la descalificación del tabasqueño y lo peor que esta descalificación es  a través de sus conferencias matutinas.

Lamentablemente, este gabinete se ha ganado a pulso el mote de “floreros” porque solo han estado para  ocupar un espacio y no para trabajar en él. Se han convertido en los cómplices  de un personaje que ha utilizado el puesto, que el “pueblo sabio” le otorgo, para hacer realidad su venganza contra aquellos que  califica como adversarios, fifí, aspiracionistas y muchos otros calificativos, que impone, como si fuera un concurso de motes.

Ahora que se acerca el tiempo de los comicios más importantes del país, de cada seis años, el oriundo de Macuspana, empieza demostrar un nerviosismo cada vez más creciente, ofensivo y agresivo, algo que ocupa  gran parte de su tiempo que le permite ir creando  “cortinas de humo” para que la gente  no vea la realidad triste y vergonzosa en la cual ha sumido al país.

México ahora esta dominado en gran parte de su territorio por grupos organizados del crimen, que  tiene más poder que los alcaldes y gobernadores de los estados donde se ubican.

México  ahora ha ocupado el lugar que en el siglo anterior ocupo Colombia, donde sus  grupos delincuenciales participaron en una mala fama para ese país y sus pobladores.

El ejemplo claro es que en el atentado que resulto con la muerte de un candidato presidencial en Ecuador, uno de los cárteles de México fue nombrado como posible ejecutor.

Esto ha derivado en un problema de gobernabilidad, que aleja a muchos de los posibles inversionistas internacionales para colocar sus capitales en nuestro país.

Provocando que la oportunidad del nearshoring o relocalizaciónn de empresas, sea mas lento en nuestro país. Si a esto sumamos que la terquedad de tener el monopolio estatal en ciertas áreas económicas, provoca que el estado se encuentre con serios problemas en sus finanzas públicas, algo que impide el desarrollo de la infraestructura suficiente en espacios territoriales  para fomentar el desarrollo económico.

Pero este problema, el de la gobernabilidad, poco le importa al tabasqueño, porque su preocupación es que cada día el llamado Frente Amplio  por México, empieza a ganar la confianza de los mexicanos y que sus corcholatas, no logran ya impactar en el animo de los electores.

De tal forma que  esa preocupación se convierte en nervios que  trata de aliviar  a través de agredir verbalmente a todos aquellos que no piensan igual o  no ofrecen resultados que sean favorables para su Movimiento y partidos aliados.

López Obrador no ha entendido que  el desinterés de la gente hacia sus corcholatas, no es un problema propiamente de ellos, sino que es consecuencia directa de los malos resultados de su gobierno.

Sigue pensando que tener mayor popularidad es garantía de triunfo, pero la realidad de los mexicanos es todo lo contrario, quieren resultados y no  observar  durante horas, a López Obrador solo dando excusas de sus malos resultados y no corrigiendo estos a favor de dar los resultados esperados.

Pretende ahora,  cobrar as los mexicanos los apoyos otorgados, con sus programas sociales, argumentando que estos pueden  desaparecer si no hay continuidad en el gobierno.

También pretende tener el favor de las fuerzas armadas, por si es necesaria su intervención, a través de otorgar mayor poder y la administración muebles e inmuebles o la creación de una línea aérea.

La estrategia de  seguir siendo “ el salvador”, a través de  los recorridos de sus corcholatas en todo el país, no han dado resultado porque la gente ya se canso de escuchar sobre la continuidad de un gobierno que impone ocurrencias y no políticas publica a favor de  mejorar  la calidad de vida de los mexicanos.

López Obrador no quiere despertar de ese sueño que le regalaron muchos mexicanos, pero que lo mantiene  alejado de la realidad y solo mira el país maravilloso de “pejelandía” que solo existe en su imaginación.

López Obrador  no trabaja para el bien de México solamente acusa violencia de género en su contra. Demanda a jueces y los amenaza con desafueros, porque no piensan como él. Se burla de los aspirantes de la oposición y ametralla verbalmente a los mensajeros como si los medios de información y ahora las encuestadoras  deberían servirle  a sus intereses.

Este nerviosismo puede causarle al tabasqueño grandes trastornos y convertir a la 4T en un gobierno autoritario sin democracia