Por Víctor Barrera
El inquilino de Palacio Nacional entiende que de no ganar la contienda política del 2024 a través de alguna de sus “corcholatas” el principio del fin de su persona y su movimiento empezaría luego de la toma de protesta del quien asuma el poder Ejecutivo.
Y es que el tabasqueño podría pasar a la historia no solo como el peor presidente que ha tenido México, sino también como el primer ex presidente que podría pisar la cárcel, derivado de las investigaciones sobre el uso y abuso del dinero público para ocuparlo en caprichos que no han tenido hasta ahora ninguna utilidad pública.
López Obrador ahora intenta ser, nuevamente, la victima y manifiesta que quieren callarlo, cuando el debe ser el primero en respetar las leyes de México.
El tabasqueño ha demostrado que su objetivo principal es mantener el poder a través de Morena, lo que le permitiría un tiempo importante para que él y su familia salgan del país sin ninguna investigación en su contra.
Lo lamentable es que sus “corcholatas” han empezado a estancarse en el ánimo de la gente, por la falta de propuestas para mejorar las condiciones del país y sus habitantes. Y esto pone nervioso a López Obrador.
Por lo menos tres de las “corcholatas” no tienen empacho para manifestar que continuarán con el proyecto denominado 4T y piensan que con ello la gente votara por ellos.
Los otros tres, simplemente están en la contienda, porque saben que perdiendo ganan, al menos un puesto en el gabinete presidencial, o llegar a ser el titular de la jefatura de gobierno de la CDMX, de ganar alguna “corcholata”. Además ya ganaron porque tendrán algo que contar a sus nietos y bisnietos, si los tienen o podrán explotar política y económicamente esa aspiración presidencial
Es por ello, que ninguna de las “corcholatas” proyecta su plan de trabajo, en caso de ganar la presidencia de la república, porque seria como darse un balazo en el pie y con ello, renunciar a ser el elegido del originario de Macuspana, para sucederlo.
Saben que si se salen del guion, ya preestablecido por López Obrador, caerían de su gracia y con ello de su oportunidad de alcanzar el puesto publico más importante del país.
Pero también saben que no hay nada que presumir de esta administración para la continuidad porque nada ha sido concluido y se este gobierno ha gastado mucho dinero para cubrir los caprichos del inquilino de Palacio Nacional.
México sigue atorado en un crecimiento más que mediocre de menos de un punto porcentual por año, la calidad de vida de los mexicanos ha empeorado con la destrucción de los sistemas de salud y educación, no existen fuentes de empleos con salarios dignos y la informalidad sigue creciendo mermando los ingresos tributarios para el gobierno.
Las obras insignia, no han dado resultados positivos y el costo de su construcción se ha elevado más del doble, además se ha dañado ecosistemas donde reconstruyen estas obras.
En seguridad, el crimen esta cobrando facturas, con el conocimiento que este gobierno no actuara en su contra, “porque también tienen derechos” y porque administran mejor los lugares que ocupan, de acuerdo a las declaraciones de López Obrador.
La clase media no esta del lado de quine les quito sus fuentes de empleo, les convirtió sus saliros en precarios y sobre todo impidió que se actuara de manera directa para evitar mas daños por la pandemia del covid, causando un gran número de fallecimientos.
El sector agrario ha luchado durante cinco años con un precario presupuesto federal y un fuerte incremento de los insumos para su actividad, el sector laboral ha visto como aparecen nuevos sindicatos más apegados a López Obrador, que no mueven un solo dedo a favor de los trabajadores.
En resumen, México esta hecho un desastre y se ve difícil que de manera honesta y transparente gane López Obrador, Morena y sus aliados los cómicos del 2024.
La única forma de ganar es contaminado los comicios, con la intervención a de López Obrador, comprando votos y conciencias a través de programas sociales o la advertencia de que se podrían perder si no gana Morena o incrementando la inseguridad para que, por miedo, nadie salga a votar.