Por Víctor Barrera
México tiene un peso fuerte, y se ha roto a lo largo del año anterior y este los niveles de remesas, dinero que mandan mexicanos que trabajan en otros países, principalmente en Estado Unidos hacia sus familias, colocando a este rubro como una de las principales de fuente de ingreso de muchas familias mexicanas.
Probablemente estos factores podrían tener una influencia importante en la economía nacional y convertir a México en un país con crecimientos económicos superiores al 6 por ciento, con una hacienda robustecida y por supuesto una mejor calidad de vida, sin embargo, la realidad es otra.
El peso fortachón no permite que las exportaciones de los productos mexicanos se realicen, porque salen más caros, esto provoca una baja en la productividad, porque solamente se realizan los productos suficientes para exportar y con ello se reducen las fuentes de empleos en el país.
En cuanto al impacto en las familias mexicanas, poco sirve recibir grandes cantidades de dólares si al momento de convertirlos en pesos tienen una merma económica, que significa que en poco ayudan para cubrir no solo el gasto de una canasta básica alimentaría sino también en los gastos adicionales de las familias por la falta de servicios médicos y abasto de medicinas en los servicios de salud públicos (tras la eliminación del Seguro Popular y su fallida sustitución por el ahora desaparecido Insabi).
Entonces de nada le sirve al inquilino de Palacio Nacional, señalar que la cantidad de remesas es cada mes mayor calificándolo como un logro de su administración. Pero más allá de logro debería ser un elemento de vergüenza porque esto indica que ante la falta de empleos bien remunerados, muchos mexicanos tienen que salir del país a buscar ingresos que permitan ayudar a la economía familiar.
Estos mexicanos que salen en busca de ese empleo, principalmente lo encuentran en labores del campo o como lavadores de platos, jardineros y empleos que la sociedad norteamericana no cubre. Pocos logran obtener un empleo de latos niveles dentro de las empresas norteamericanas o transnacionales
Las necesidades de la gente en México han seguido aumentando a pesar de las entregas de dinero de este gobierno vía apoyos sociales indiscriminados, con excepción de la pensión para adultos mayores que ciertamente está más controlada.
Las remesas también se han vuelto un peligroso sector, porque, aun cuando no se quiera comentar demasiado sobre, el envío de remesas, existe una gran cantidad de dinero que no tienen un origen claro, y por lo tanto se crea un factor para el lavado de dinero.
Es por ello que no se puede explicar que aun cuando las remesas se incrementan cada mes, las familias mexicanas siguen en la pobreza o pobreza extrema. Entonces ni el peso “fortachón” ni las remesas pueden ser señaladas como un logro de la administración actual, sino debe tomarse como un foco amarillo, donde, posiblemente, organizaciones criminales ha encontrado un nicho importante.