Por Víctor Barrera

No cabe duda que a Andrés Manuel López Obrador le atemoriza que alguien como Xóchilt Gálvez llegue a ser la candidata de la oposición a la presidencia, o alguien que en verdad demuestre mejor conocimiento de las causas y sus soluciones para resolver los problemas prevalecientes en el país.

Esto da un elemento a la oposición para determinar el perfil que, de cubrir su candidato, que no necesariamente debe ser de alguien que nace en la pobreza y ha seguido el camino para alcanzar la candidatura presidencial, sino también se puede elegir a un candidato que ha demostrado a lo largo de su carrera los conocimientos suficientes para darle una estabilidad política, social y económica al país. Entre ellos están Enrique de la Madrid o José Ángel Garría.

El primero que tiene una visión más humanista de las políticas públicas y el segundo con la experiencia en términos económicos, financieros y hacendarlos.

Esto permitiría a la oposición alejarse un poco de sus cuadros “eternos” y dar la oportunidad a quienes piensan más allá de la política como eje principal, es decir declinarse hacia quien ya ocupo un cargo de gobernador, seria simplemente lanzar un candidato que los partidos políticos apoyarían, pero no la ciudadanía, elemento que es primordial en los comicios del 2024.

Esto significa que la oposición debe dejar en segundo término a la persona y concentrarse más en el plan de trabajo a presentar a la ciudadanía para resolver todos los problemas que enfrenta el país y que en este sexenio se han recrudecido.

López Obrador, Morena y aliados, han demostrado que su objetivo es continuar con el proyecto del cambio, de la 4T, algo que ya demostró que no ha servido y solamente ha destruido  lo que costo muchos años a la sociedad civil crearpara limitar el poder del presidente.

En pocas palabras, López Obrador quiere asegurar la continuidad, primero para evitar investigaciones que lo lleven a ser juzgado por el mal manejo de los recursos públicos y segundo para continuar siendo el caudillo que terminaría ejerciendo el poder máximo, porque hasta ahora sus “corcholatas”, han aceptado continuar con su proyecto.

Entonces más allá del decálogo presentado por las secretarias generales de los tres partidos que conforman “Va por México”, se requiere que la ciudadanía conozca el cómo se resolverán sus problemas

La coalición opositora no ha avanzado en este tema. Aunque por ahora la prioridad es implementar el método para elegir al candidato(a), se podría avanzar en paralelo en un documento programático para la plataforma electoral, conjuntando un grupo de expertos en las diversas áreas para redactarlo.

El documento puede servirle a la coalición opositora como punto de partida para elaborar una plataforma programática más específica, una tarea electoral que es urgente.
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