Por Victor Barrera
La decisión que deberemos tomar los mexicanos en el 2024 no solo se circunscribe solo a escoger al próximo titular del poder Ejecutivo sino en realidad será elegir el camino que queremos para los próximos años y cual es el que queremos dejar para las generaciones que vienen.
Ayer comentaba que la idea de López Obrador es establecer un régimen autoritario similar al que prevalece en países como Venezuela o Cuba, donde un pequeño grupo de personas establece las reglas y se beneficia directamente de la riqueza del país.
Por lo tanto si tomamos en cuenta nuestra oportunidad de elegir solo son dos opciones, porque la aparición de una tercera se ve bastante difícil, porque los partidos políticos existentes no han encontrado esa formula, donde sea un ciudadano y no un político quien asuma las riendas del pías, y su gabinete lo conformen verdaderos expertos en las diferentes áreas para enderezar el rumbo que hemos tomado en este sexenio.
Entonces hasta ahora tendremos que escoger entre el régimen de una sola persona acompañado de las Fuerzas Armadas, porque todo lo que se le cede a la Armada tiene un objetivo de que se sienta comprometida con el régimen actual, lo que podría llevarnos a perder libertades que hemos conquistado a lo largo de los años, como la democracia y los mas importante el estado de derecho.
Pero este camino debe empezarse a recomponer desde las elecciones de este año, en Coahuila y el Estado de México, donde se demuestre que los mexicanos somos más que el grupo que se denomina la 4T, porque no queremos perder lo más importante de nuestras vidas la libertad.
Muchos podrán decir que si gana el PRI en Coahuila y el Estado de México no existe cambio, pero es ahí donde debe empezar el cambio de todo México, sacar este régimen que se ha centralizado a una persona y así lo demuestra que las decisiones nacionales y hasta algunas estatales deben aprobadas por el tabasqueño y no por las autoridades estatales o municipales.
El régimen actual desea un arreglo “institucional” en el que solamente haya una fuente de poder y que no enfrente límites. Así lo demuestra el ataque a los órganos autónomos y algunos constitucionales, que se han creado para limitar el poder del Ejecutivo.
Por eso López Obrador ha intentado el Plan A y luego el Plan B y ahora el Plan C para modificar el sistema electoral y destruirlo en los hechos; por eso también los ataques a la Suprema Corte y la mayoría de los ministros y jueces, que valientemente, han soportado la presión; por eso la decisión presidencial de hacer inoperables las instituciones que resguardan nuestro derecho a la información pública y nuestros derechos humanos.
Todo esto apuntalado con la búsqueda de hacer a las Fuerzas Armadas del país, incondicionales a la persona que detenta el poder ahora, otorgándole la administración de puertos, aduanas,, es decir, con dinero publico que de manejar el estado servirían no solo para las pensiones y jubilaciones de las fuerzas Armadas, sino para crear un sistema de salud mas fortalecido y la aplicación de recursos para otro sectores como el agropecuario, ciencia y tecnología, pero sobre todo para los sectores de infraestructura.
Por lo tanto, México solo tiene una opción el mantener nuestras libertades como ciudadanos, donde el derecho a decidir prevalezca y que no sea el gobierno junto con las fuerzas armadas que marquen nuestro camino.
Debemos entender que la democracia es converger y convivir con las diferencias, buscar el punto medio que nos lleve a todos a una mejor calidad de vida, que todos gocemos de las riquezas del país y no solo un pequeño grupo, que nuestros hijos puedan llegar a ser empresarios y no solo los hijos del presidente.
Por todo ello los comicios del 2024, toman mayor trascendencia, un verdadero cambio que coloque al país y a los mexicanos en el sito que les corresponde en el mundo
Por ello desde este 2023, se debe aprovechar la oportunidad de tener aun libertades para fortalecer nuestra democracia, ejercer el poder del voto y manifestar que quine manda en México es la población y no los políticos y mucho menos aquellos que quieren eternizarse en el poder sin regresar nada a cambio, votemos por la única opción que nos queda, pero en los próximos comicios debemos evitar la reelección y evitar que sigan sumándose parásitos a nuestro sistema político.
Evitemos caer en una elección de Estado, en la que el gobierno utilizará todos sus instrumentos legales e ilegales, presupuestos y capacidad de extorsión para inclinar la balanza a su favor. Pero los ciudadanos, todavía, tenemos la posibilidad de evitar esa tragedia.