El canciller ruso, Serguéi Lavrov, amenazó ayer en Ankara con suspender el acuerdo de exportación de grano ucranio a través del mar Negro si se sigue obstaculizando la venta de productos agrícolas de su nación. El acuerdo, negociado en julio con la mediación de Turquía y la Organización de Naciones Unidas, es clave para la seguridad alimentaria mundial.
“Si no hay ningún avance en el levantamiento de los obstáculos al comercio exterior de fertilizantes y cereales rusos, nos preguntaremos si ese convenio es necesario”, amenazó Lavrov tras una reunión con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu.
El pacto, que permitió exportar hasta la fecha más de 25 millones de toneladas de cereales, fue prolongado el 19 de marzo. Pero Moscú propuso que el texto se extendiese 60 días y no 120, como se acordó inicialmente de manera tácita.
El Kremlin asegura que no se respeta la parte del acuerdo que le permite vender a otros países sus propios alimentos y fertilizantes.
En teoría, estas mercancías esenciales para la agricultura mundial no pueden ser objeto de las sanciones occidentales impuestas a Moscú por su invasión de Ucrania en febrero de 2022, pero, en la práctica, estas exportaciones siguen enfrentándose a una serie de obstáculos de los bancos.
Según el ministro turco, “Estados Unidos y Reino Unido tomaron medidas respecto a pagos y seguros, pero aún hay problemas. Algunos bancos no hicieron lo suficiente”.
Además, “se actuó para renviar amoniaco y fertilizantes rusos de los países occidentales hacia los países africanos, pero el problema no está resuelto”.
Lavrov denunció, por otro lado, la desigualdad de las exportaciones ucranias entre países ricos y pobres.
Según el Centro de Coordinación Conjunto, que se encarga de monitorear el acuerdo, 56 por ciento de las exportaciones iban destinadas a los países en desarrollo y 5.7 por ciento a las naciones menos avanzadas, que cuentan con más de 12 por ciento de la población mundial.
En tanto, Kiev propuso limitar las exportaciones de grano a Varsovia ante la desestabilización del mercado polaco provocada por la llegada masiva de granos de su vecino, informaron los ministerios de Agricultura de ambos países.
En otro punto, Lavrov advirtió que negociar la paz en Ucrania sólo será posible si se establece un “nuevo orden mundial” libre de la dominación de Estados Unidos.
Kiev afirmó que no renunciará a Crimea, península anexionada por Rusia en 2014, a cambio del final de la guerra, al responder así a la formulación sugerida la víspera por el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva.
“No hay razón legal, política ni moral que justifique abandonar un solo centímetro de territorio ucranio”, escribió en Facebook el portavoz de la diplomacia ucrania, Oleg Nikolenko, quien declaró no obstante apreciar “los esfuerzos del mandatario brasileño para encontrar una manera de detener la agresión rusa”.
En Moscú, las autoridades rusas acusaron formalmente de espionaje a Evan Gershkovich, el corresponsal de The Wall Street Journal (WSJ); el cargo puede tener una sentencia de hasta 20 años de cárcel. Gershkovich, quien fue detenido hace una semana en Rusia, recibió el Premio a la libertad del National Press Club, mientras WSJ pidió su liberación “inmediata”, informó The Guardian.
En Estados Unidos, los dos principales líderes del Senado, el demócrata Chuck Schumer y el republicano Mitch McConnell, exigieron la liberación del periodista, en una inusual declaración bipartidista.