Por Víctor Barrera
Es cierto que debe aplaudirse que los ciudadanos y autoridades norteamericanas hicieron su trabajo y se encontró culpable de delitos a Genaro García Luna, principalmente porque este juicio nos deja una verdad que debe preocuparnos y ocupar a las autoridades federales para combatir esos delitos que persisten en el país.
Pero también nos muestra el poco compromiso de nuestros gobiernos para erradicar la operación de los carteles del crimen organizad que hacen mucho daño a los pobladores de México y Estados Unidos.
De acuerdo a una investigación de la DEA se informa que en México el cartel de Sinaloa opera en 19 de las 32 entidades federativas en nuestro país. También que el Cartel Jalisco Nueva Generación lo hace en 23 y que los gobiernos hasta ahora han hecho muy poco o nada en la lucha para poner freno al trasiego de fentanilo y metanfetaminas.
Entonces a pesar de que en Estados Unidos al ex secretario de Seguridad Pública se le encontró culpable, en México no se movió, durante años, una investigación para extraditarlo y con ello sacar información que permitiera destruir la red de funcionarios públicos que de alguna manera encubrieron los delitos.
Hasta ahora el juicio de García Luna solo ha servido a este gobierno para sacar “raja política”, al manifestar que el crecimiento de los carteles del narcotráfico fue con el amparo de algunas autoridades en los sexenios de Felipe Calderón y de Enrique Peña.
Pero no se habla que este actual gobierno se comprometió acabar con la corrupción y en cuatro años no se ha logrado el aseguramiento de los grandes capos o de las autoridades cómplices de ellos.
Simplemente se festeja la podredumbre que se vive en el país, para seguir haciendo politiquería y sacarle utilidad electoral.
Seguir manifestando que “no son iguales” pero no cambian absolutamente nada.
No quieren entender que en el actual gobierno se ha disparado el tráfico de drogas a Estados Unidos, que una gran parte del territorio nacional es controlado por los carteles de la droga y que lamentablemente se han convertido en los más poderosos del mundo, colocando a nuestro país como un país de narcos y con altos niveles de inseguridad.
La extorsión y el cobro de piso se extiende a gran escala en el país. El robo y venta de gasolina se realiza a la vista de la Guardia Nacional, porque existen expendios del combustible en carreteras altamente transitadas a solo unos metros donde se ubican los elementos de esta guardia.
Es cierto que se debe festejar el ataque directo al crimen organizado, pero debemos exigir que nuestras autoridades, en verdad cumplan con sus promesas, porque hasta ahora nuestro gobierno solo ha logrado detener a Ovidio Guzmán derivado de la información de las autoridades norteamericanas y no de un trabajo de investigación desde México.