Por Victor Barrera
México durante años fue reconocido principalmente por ser un país con un espíritu de paz, evitando también tomar una postura a favor de cualquier país que dentro de su forma de gobierno se violenten los derechos humano fundamentales, pero también se le reconocía por su gran apertura comercial con el objetivo de alcanzar no solo el desarrollo económico, sino también tecnológico y social.
Ahora parece que vamos hacia atrás, y los principios que enchumbaron al país ahora son simplemente reglas de papel que pueden ser olvidadas y aplicar todo lo contrario.
Este gobierno, ha utilizado como excusa la protección de nuestra soberanía para impedir, sin ningún argumento científico, la importación de maíz amarillo, algo que podría lastimar de manera importante el mercado agropecuario nacional, pero también nuestra relación comercial con Estados Unidos.
A esto se debe sumar que este gobierno también, modifico leyes constitucionales para marginar a las empresas internacionales y nacionales en la industria eléctrica y petrolera, lo que condena a muchos mexicanos a pagar mas por el servicio de energía eléctrica o de plano a seguir careciendo de ella y a la población entera a pagar un subsidio para evitar que los combustibles aumenten de precio.
Este gobierno pretende ser parte frontal de un nuevo movimiento Latinoamérica de oposición al “imperialismo yanqui”, desconociendo la globalidad mundial y el libre mercado, pero lo peor es que apoya, este gobierno, a países que lamentablemente violentan los derechos humanos de sus gobernados y eliminan la democracia dentro de sus naciones.
De tal forma que para asumirse como líder de este grupo de naciones, este gobierno mantiene su intento de desmantelar al Instituto Nacional Electoral, para quedarse con el control de las elecciones y con ello establecer una dictadura disfrazada de democracia.
Todo esto que representa simplemente la obsesión de imponer su voluntad sobre las estructuras legales que costaron años de lucha, de muerte de personas que dieron su vida para lograr un país democrático, abierto al mundo y de oportunidades, ha empezado a caer y México corre el riesgo de volver a caer en tiempos de caudillos, de jefes supremos y de poca libertad para la población.
Las “chicanadas” legales, son ahora las utilizadas por el partido en el poder para alcanzar su objetivo de permanencia y más allá de cerrar el sector energético, estamos ha punto de perder la libertad de elegir a nuestros gobernantes, porque existen un Plan B que a pesar de tener varias inconstitucionales, se pretende aplicar como el cambio necesario para acabar con la oligarquía, cunado esta tendrá la oportunidad de eternizarse, pero ahora bajo la bandera de realizar un trabajo “a favor de los pobres”.
De aprobarse y aplicar el Plan B, esto traería también modificaciones en la economía y finanzas nacionales, muchos inversionistas saldrían del país ante el temor de ser expropiados sus bienes por simplemente por el hecho de obtener riqueza de ellas.
Problemas sociales como una mayor brecha social y por ultimo perderemos la oportunidad de tener una libertad para escoger un servicio o producto, porque casi todo estaría bajo la administración del estado.
Un verdadero régimen democrático estaría a favor de fortalecer un sistema electoral con altos niveles de credibilidad al ser autónomo a las órdenes del gobierno, Un gobierno demócrata estaría a favor del libre mercado, para que la competencia comercial se base en la calidad y precio del servicio y no el la falta de ello. Un demócrata manifestaría su disgusto hacia aquellas naciones que no solo quieren gobernar un país, sino pretenden ser dueños de estos y las voluntades de su gente.
Un presidente demócrata, no estaría preocupado en dejar a un sucesor o sucesora a fin a él, sino en dejar en mejores condiciones de calidad de vida a la población, con riqueza en niveles altos y servicios que cubran con todas las necesidades, un ambiente de seguridad y certidumbre social. Un gobierno autoritario hace lo que explicamos al principio de esta entrega.