Por Víctor Barrera
Afortunadamente este sexenio pronto terminara y podremos retomar el camino a un crecimiento estable, con una política económica que invite a los inversionistas a mantener sus capitales en el país. Esto para el desarrollo de los sectores productivos que implique también un desarrollo educativo, de capacitación y por supuesto una mejor calidad de vida para todos los mexicanos.
Por ello existe la esperanza, en millones de mexicanos de recomponer el camino, luego de las diversas modificaciones legales que la mayoría en el poder legislativo aprobó, obedeciendo a su “jefe”, y que no han permitido mantener el crecimiento constante del país.
Estas modificaciones, en su mayoría fueron en las leyes secundarias, que podrán ser nuevamente modificadas para darles el rumbo correcto.
Además, la Suprema Corte de Justicia de la Nación también se ha establecido un nuevo aire en su autonomía, por lo que existe la posibilidad de que las acciones de inconstitucionalidad puedan ser aceptadas, analizadas y en su caso modificar esas leyes o decretos presidenciales que mucho daño han hecho a la nación.
Sin embargo dentro de ese espacio en defensa de la legalidad la Suprema Corte de Justicia, debe cuidar los tiempos evitar declarar la inconstitucionalidad de esas modificaciones antes de que sus efectos resulten irreversibles.
En esto entra también el llamado Plan B, referente a la modificación de las leyes electorales. Que ha sido ordenado por el poder ejecutivo para “pulverizar” al INE y que claramente es contrario a la Constitución,
Es importante apuntar que a lo largo de los primeros cuatro años de este gobierno, las decisiones, que más bien han sido ocurrencias, han afectado a las inversiones privadas, de todos tamaños y en muchos sectores. Esto a provocado que muchos s inversionistas han desistido de invertir en México en estos tiempos, otros están a la espera del 2024 y sus resultados electorales.
Pero también existen inversionistas que tiene claro que mientras no se toque la base fundamental de las leyes de un país, como lo es la Constitución, las políticas públicas de cada régimen tienen su tiempo.
Por lo tanto si existe una continuidad del régimen, es muy probable que pocos sean los capitales que permanezcan en el país, pero si sucede otro cambio de régimen, exciten más posibilidades que México se convierta en un lugar donde, por la re localización o nearshoring, sean un punto favorable para nuestro país.
Esto lo deberemos valorar todos los ciudadanos y pensar que futuro queremos no solo para nosotros, sino para las generaciones venideras y el desarrollo económico del país.