Por Víctor Barrera
Para Andrés Manuel López Obrador es importante establecer las reglas que le permita de cualquier forma que Morena gane los comicios del 2024 y con ello irse a su rancho, “La Chingada”, de manera tranquila, de lo contrario podría enfrentar un sin número de problemas si la oposición llega nuevamente a la presidencia.
Es por ello que presiona no solo a sus empleados en el poder Legislativo, sino también a sus oponentes, a través de utilizar todo lo necesario para que estos aprueben su Plan B, en la Ley Electoral.
Si gana Morena el tabasqueño estará tranquilo por lo menos los siguientes seis años, porque su sucesor o sucesora, tendrá que trabajar con los problemas que no se resolvieron en este sexenio, además de tratar de aliviar los fardos económicos que dejara esta administración de la llamada 4T.
El principal problema es el de los programas sociales, que siguen manejándose con opacidad, pero representan un importante porcentaje de los presupuestos anuales nacionales, lo que ocasiona una insuficiencia de recursos no solo para cubrir estos programas “electorales”, sino también para evitar que otros sectores queden sin recursos para su buen funcionamiento.
A esto se suma la deuda de Petróleos Mexicanos, porque a pesar de que en esta administración se han inyectados miles de millones de pesos para equilibrar su situación económica, la mala administración por parte de su director general, no ha podido hacerlo y los resultados siguen siendo los número rojos que reporta esta “empresa productiva” del Estado.
Y por supuesto no debemos dejar a fuera, los recursos suficientes para intentar concluir las obras de esta administración que quedarán inconclusas como son el AIFA, que falta hacer infraestructura para su conectividad, el Tren Maya que dejará no solo deuda monetaria, sino también ambiental, la refinería en Dos Bocas, la cual ha demostrado que necesitará apoyos económicos, cada vez que se inunde.
Además de los riesgos que ha generado la llamada Cuarta Transformación en términos comerciales, que se convertirán en sanciones económicas o posible aplicación de mayor arancel a los productos mexicanos exportación.
Esto significa que no habrá margen de maniobra para aplicar estrategias económicas a favor de un crecimiento del país.
De ganar la oposición, el nuevo titular del Ejecutivo deberá iniciar con una auditoria total a la situación del país, para sancionar y castigar a quienes hicieron daño a nuestro país durante el sexenio del tabasqueño.
Esto le ocasionara diversos problemas al de Macuspana y es muy probable que saldrá huyendo del país, para evitar enfrentar las acusaciones.
La única salida es pues, violentar la democracia del país, a través del Plan B, que le permita establecer una elección de Estado, en la renovación de la presidencia y el Congreso en junio del 2024, y que eso dinamite por completo la confianza de los inversionistas.
Esto provocaría una caída del peso “fortachón”, la salida de inversiones en el mercado de valores y por su puesto no se invertiría para crear empresas en México, porque un régimen autoritario no es garantía de seguridad para las inversiones.
En conclusión, AMLO deja un gran problema para México donde no se visualiza un futuro halagador de continuar Morena en la presidencia de la republica. Los mexicanos terminaremos pagando este desastre de un cambio prometido, el cual no explicaron que ese cambio era dar pasos hacia atrás en todo lo hecho en nuestro país.
Si gana la oposición, deberemos mantener una política económica cautelosa para ir resarciendo todo el daño que dejará esta administración y por ello los mexicanos mandaremos a su rancho a AMLO.